miércoles, septiembre 03, 2025

A días de Washington, pasó el "bautizo" hindú de mi nieto pequeño en Dallas. Mi faldón bautismal

Primero fue el mito (los mitos) después la religión, los dos universos simbólicos que determinaron y configuraron la psique  al ser humano. Nadie ha osado revocar el sintagma de que el hombre es un animal simbólico. El lenguaje ya es simbólico.
Fuimos invitados a Dallas, para la ceremonia hindú, pero no se puede todo, más cuando el sábado viajamos a Washington (sólo14 días en Tenerife tras Cabopino)
Como siempre es mejor estar habitado por más de un universo simbólico y cultura/civilización, mis nietos son (uno ya) también católicos. A un periodista leí que uno no pertenece a una iglesia sino que es pertenecido por ella, que resulta absolutamente heideggeriano (ese reverso, pasividad, conjunción). Todas las civilizaciones y culturas se han asentado sobre religiones, han sido su condición de posibilidad.  Uno mismo es un no creyente (muy prematuro) católico, que no simpatiza nada (sin llegar a actos expresos  de enemistad) con el Jesús histórico y aún menos con sus epónimos, como cristianos de base y adláteres. 
Este faldón llevé yo hace tantos años, que XY me lo recuerda para mi estremecimiento y rebote metafísico-biologicista. No lo pudo llevar mi hijo por bautizarlo tarde, pero sí una sobrina y mi nieto Arun, y esperemos que por Navidades, Naren.
Creo que me bautizaron (para eventuales bilbaínos de larga data que sigo) en la Quinta Parroquia, hice la Primera Comunión en el Colegio del Sagrado Corazón (hoy Corte Inglés), por el Colegio Alemán, con recordatorio en euskera en puro franquismo, y la Confirmación en el Colegio de los Escolapios de Alameda Recalde. Un casi semicírculo bilbaíno.

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