Bienaparecida (me ha dado últimamente por los neologismos, me aburro, me salen por fáciles, quitan sopor a la comunicación) la entrevista en La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria. Preferiría darme a los aforismos, pero ni me sobrevuelan para poder intentar cazarlos, están para genios como Nietzsche o Cioran.
La entrevista ha salido redonda.
A las 19:30, jueves, era la hora de comienzo del acto. El resultado a esa hora, la foto. La dulce intimidad de la sala desierta. Produce cierta y recóndita satisfacción personal, como cuando ocupas una trinchera vacía, aunque con más quietud y sosiego, que son las únicas en las que siempre merece la pena apostarse.
De a cero remontamos a de a cuatro. Con mis amigos el cónsul de Las Palmas y Manolo Vidal. Luego
llegaría el periodista sabio en sufismo, lingüística, historia de las religiones... que resultó ser el entrevistador de Chaui. Como diría Peter Handke, una entrevista lograda.
Que qué pasó con los juegos de la colección, creo que los espolvoree, buscando quizá su universalización.
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