En medio de este estado tan excepcional de inmensa quietud y apaciguamiento generalizado (temor, incertidumbre, vacío cósmico...) he recibido una llamada diplomática. Ya conté cómo regalé los 2 juegos y medio de mi colección Ensayos Saharianos (el resto lo dejé en el hotel) que llevé a la presentación del jueves 12, entre los amigo personados (tres) al salir de la sala vacía del Club La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria. Colgué una foto de la sala desierta
Mis libros del Sáhara, son mi "opus magnum", son 4, el último, el 5º es de viajes y algo de ensayo. Son muchos, sí, pero no me he repetido, el saber cada vez más (pasa si lees) me abría nuevas troneras, y me suministraba más pólvora. Me impulsaron a escribir los amigos españoles del Polisario. Azuzaban y arengaban desde la opulencia occidental a pobre gente, porque no tenían grandes "Causas" por las que luchar (ellos, no; otros, sí), y sin tener ni idea de nada, Caí en la absolutamente vacía, en España, trinchera marroquí (a mucha honra), y enseguida me hice de ellos, a medida que acrecentaba mi rechazo al totalitarismo de Tinduf; nada de allí me gustaba, todo me daba asco, manipuladores de niños.
La tetralogía
No tengo nada que ver con las universidad ni sus métodos; más que los hechos (se busca/busco los más fiables testimonios) me interesan los discursos: quiénes hablan, de qué y por qué. La crítica me sale siempre, solo me motiva para escribir lo orillado, desatendido, no tenido en cuenta. Ese es mi único impulso para la escritura.
A los libros del Sáhara míos hay que añadir los de Marruecos en E.S. como también prólogos, contraportadas y artículos de prensa y revistas sobre el Sáhara y Marruecos. Lo que más me enorgullece es que todo ha sido sin ayuda de nadie, después vinieron los amigos, como sin que a nadie conociera cuando me inicie en el tema del Sáhara.
En E.S. soy también uno de los autores, pero la mayor satisfacción sin duda es editar cosas en las que creo, todos los libros editados son muy importantes. El libro de Jamal Mechbal, lo tenía que haber editado el Gobierno de Marruecos, sus fuentes: actas, ministros, boletines...
son españolas, lo que delata y prueba todas las fuentes
que los tratadistas españoles deliberadamente desecharon por no ajustarse y entorpecer el metarrelato saharaui español (los inventores).
El diplomático me ha dicho que me comprarán algún lote y pedido precio, les he rebajado del de la calle.
He terminado amenazándole así: el dinero que me paguéis -me iban a traducir mi libros al árabe y francés, hasta firmé un papel en un caso: universidad y ministerio-, decía, lo emplearé en seguir editando.
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