Pensamiento simple, bipolar y moralista
Los inescrutables designios divinos van ligados a los de la
naturaleza. A los divinos se les tenía como el primer motor y a los naturales como secundarios o
instrumentales. El Antiguo Testamento está repleto de acontecimientos terribles instruidos por un Jehová
colérico y punitivo que no
escatima la ejemplaridad del castigo: las siete plagas de Egipto, la
deambulación del pueblo judío durante 40 años por el desierto y la conversión en estatua de sal, por desobedecer,
a la mujer de Lot.
El antiguo testamento es el fondo común del judaísmo,
cristianismo e islamismo.
Sin embargo la razón solo se nutre de sus propias
estructuras y funciones, porque tan pronto salimos de ella, pierde toda
centralidad y nos adentremos en el inconsciente, los sueños, la poesía y el
mundo de analogías y correspondencias que Octavio Paz celebrara, en la hondura
de los sentimientos: miedo, esperanza o terror cósmico (que ahora podemos
entender) y es donde encontramos otras
estructuras de comprensión y significación como son la religión, mito,
simbolismo, leyendas, funciones anímicas, arquetipos de inconsciente, constantes antropológicas.
El adolescente cuando descubre la razón, ya controla culpas y miedos, gana la autoconfianza, hace
silogismos y le gusta razonar, y como ha descubierto los principios lógicos de
identidad y contradicción, ya puede diseñar sociedades perfectas, que saldrán
de su cabeza –así de fácil- o de otras
afines. Es la base del pensamiento de izquierda. Ideas lógicas. La
planificación económica como flechas de utilidad estricta, la reforma agraria
da a todos parcelas, el Tesoro es agente solidario, el partido único evita
luchas inútiles y todo de una
insuperable y bellísima simplicidad. Creen que con estas notas alegres y
sencillas van imponer, utópicos, casi el paraíso en la Tierra. Lo simple
bipolar se vuelve credo profesado, porque si no se derrumba, la pulsión de
creyente es siempre similar, pero
multiplican dioses y acérrimos cultos: Castro, Chávez, Che. Este pensamiento
dicotómico es el puro maniqueísmo: religión antiquísima.
La izquierda actual todavía hoy -ideología decimonónica nacida al calor del
positivismo, el materialismo y la cientifismo- no ha incorporado las cautelas y
complejidad que ofrecía la integración de las ciencias humanas posteriores que la perturban y acotan, sea historia de las religiones, mitología y
simbolismo, psicología y psicoanálisis, antropología, es decir la cultura y el
conocimiento complejo.
Por eso son capaces de todas las emancipaciones
posibles aboliendo piropos, creando
exergos como “solas y borrachas”, reemprendiendo el guerracivilismo de entre los muertos,
haciendo caceroladas de entre los enfermos para dinamitar el Estado. Solo
dicotomías -de fervor moralista- sencillitas: machismo/feminismo,
fascistas/”gente”, privado/público, monarquía/república, sin grises ni
inclusión ni consenso ni alegría.
JOSÉ MARÍA LIZUNDIA
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