Siempre uno se lo pasa en grande con los Makarios, pero no siempre surge la sospecha y la deductiva.
Lo más rutilante y musical fue la comparecencia del Exdoctor Harris que parecía escapado del rodaje de "Lawrence de Arabia" o de "En busca del arca perdida" u otra gran superproducción.
Se ha trabajado una barba de antropólogo a arqueólogo británico o alemán de las primeras décadas del siglo XX, y como todo ello le parecía insuficiente se había calzado una chaqueta entretiempo, entresiglos o entreguerras y una pajarita sobre una camisa de cuadros, así como se le ve en el fotograma.
Ninguno bebía -algo dantesco, era: nada, agua, café, tila, nada, helado, al punto que el profesor feliz se pidió una segunda caña- salvo su seguro servidor, de forma que cuando subimos a la nobleza de la segunda planta, yo ni me senté. Querían que me quedase aunque no les deje hablar, introduzca humoradas, perpetre ingeniosidades, boicotee el fluir ordinario de las cosas. Como el profesor feliz soy capaz de matar u otra acción igualmente vigorosa con tal de ser gracioso.Ahora cuando conozco a gente, con la suerte de que suelen ser jóvenes, a la tercera les digo que soy simpático, divertido y gracioso, y me lo reconocen.
-No, no me pienso quedar, me voy, y tú, hermano te vas a quedar o te vienes conmigo.
- No, porque no me llevas a casa-
-Como lo sabes-
Ex doctor Harris que consume su vida en actividades de muy buen estudiante acudiendo a conferencias, charlas allá donde pueda recibir, como luz del Espíritu Santo, algo de ciencia infusa, habitualmente se sienta, porque mentalmente dibuja una clase, en el lugar que le correspondería al alumnado. Pero esta vez, ayer madrugada, no, sino en la cabecera, donde sienta el anfitrionazgo y el urgido a una disertación estratégica.
Ni encaja barba tan perfecta que parece postiza, atrezzo ni la chaqueta de entreguerra ni la pajarita ni camisa de cuadros, ni mucho menos la cabecera donde se ha injertado. O acaso: todo encaja: Antes de irme ;
Ex doctor harris a quien te estás tirando extramaritalmente para venir tan decorado de prosapia como figura extraída de bellas ilustraciones de época o de galería de retratos de ilustres. Tienes mujer fuera del matrimonio, a la que quieres tener aturdida y rendida, ¿Acaso me equivoco? No es casual tu fulguración.
Y lo más delator: tu empoderamiento, al asaltar la cabecera de la reunión.
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