viernes, mayo 18, 2018

Triunfo de Espy:¡abogada americana!

Dice Serena que de las  parejas raras salen muy buenos hijos y nos pone a todos como ejemplo. De raros, no de buenos.
Ayer vinieron los amigos italianos Alberto y su hijo Lorenzo (de niño, lorenzino, vivió un par de meses /siendo de meses/ en nuestro barrio) con un vascongado (en medio de la foto) a recoger el barco de 15 metros, que lleva meses atracado en Tenerife, para subirlo al Mediterráneo.
Obviamente quedamos en Los Reunidos, que conoce.
Dos casos de abogados.
Lorenzo tan pronto ha terminado la carrera de derecho -tras hacer prácticas en Hong Kong- en la famosa Universidad Bocconi de Milán, ha decido no ejercerla y montar un restaurante-bar de copas, jazz, actuaciones en directo en Milán. Exactamente igual que su padre, que han preferido un mundo más multicolor y menos esquemático, aburrido y cerrado, que el que garantizaba el derecho. Es un chico encantador, muy listo, natural, guaperas que lee, que  ha sido elegido para hacer de superman no sé dónde.
EL GOLPE DE ESPERANCITA: Ha sacado el BAR, YA ES ABOGADA NORTEAMERICANA. Española lo era, se colegió nada más terminar el ICADE y antes de ir a EE.UU.  Muchos licenciados en derecho norteamericanos no lo consiguen, por eso son tan pocos. Tras graduarse  en Derecho por  la Universidad de Arizona –donde nos reunimos todos el año pasado, cuando el viaje de nuestra vida, bueno aunque yo ahora…- se examinó el verano pasado –es como una oposición- y suspendió. En la siguiente convocatoria lo ha sacado. ¡Bravo!
Nos enteramos  mi hija y yo en la terraza del Marqués de Riscal de Frank Ghery –está abajo- Nos hicimos un selfie brindando, que fue el primero que le llegó. Fer lo descubrió en internet y se lo comunicó a su hija.
Tuvimos que volver a brindar, otro guasap me informaba que había sido admitido en la institución cultural   más importante de Canarias. Lo acababa de ser en la vasca.
No preveía yo que se produjeran tantos acontecimientos en mi vida. Cada vez sé menos por dónde he andado  metido, porque nada concuerda, la verdad.


No hay comentarios: