jueves, enero 11, 2018

Ser un personaje. Con Vds: The National

Me acababa de llamar un amigo para felicitar el año (charlar) es baskisch pero vive aquí. Como su mujer es inglesa y su hijo estudia allí, le he contado el viaje a Londres y las mejores fiestas navideñas de mi vida. Para más gente, los amigos, nuestras mejores nochevieja.
Me enteré ayer que Cristina sigue leyéndo diariamente el blog y que le lee a David algún rapto de ingeniosidad mío y se ríe mucho. Lo que me obliga al esfuerzo y estar con mi viñeta diaria. Ayer  obtuve los dos peores juicios de mis artículos de prensa, por el del martes.
Me trajeron por navidades mis hijos desde EE.UU. Los escucho hecho espíritu. Solo un país capaz de producir tanta música, puede generar tal adhesión y agradecimiento
Atroz el rampante se ha venido arriba desde que es profesor, y se permite imitarme en casa delante de mis amigos, burlándose de mí. Que lo ha extendido a Los Reunidos. Está subidísimo, en la copa de los árboles, como los simios más jóvenes y aventureros. Como si yo fuera un histrión, que es como me califica directamente E. En una de nuestras cenas en casa con Al y Serena y los italianos otros, yo calificaba a mi hermano y a mí de personajes. Lo definí como lateralidad, falta de comunión ortodoxa con un papel, profesión, lugar, con despuntes inadecuados, amigos y predilecciones raros, conocimientos absurdos, gustos obtusos.
-Entonces ¿Fer es personaje?- me preguntan
-Personajes somos mi hermano y yo porque somos personas malogradas no consumadas, fallidas,  pero no Fer- contesto.
-¿Por qué?
-¿Por qué…? porque no tiene un solo enemigo ¿sabéis de alguien que hable mal de él? Imposible, verdad. El pobre tiene esa limitación- les razono.
-Desde luego es impensable que alguien hable mal de él, entonces ¿el personaje ha de tener enemigos, tu hermano no tendrá…?
Mis hijos se fueron hasta la mítica universidad de Berkeley para un concierto. Conociendo Berkeley que tuvo que ser aquello
-Tiene, pero menos que yo, hay que tener enemigos de  clase, cuantos más, mayor relieve. Una amiga, Yael se reía porque con un lote de ex amigos míos (me desproveo por lotes, nada de uno en uno), siendo yo más odioso, hablaban bien de mi (entonces) y mal de él, lo que siempre cuenta.
Me escuchan como si tuviera una Fulbright.
-Tú, Serena creerás que por tu vida eres un personaje, pero no lo eres, tú eres una ortodoxa y reputada en tu trabajo y ahora te llevas bien con todo el mundo.  No eres fallida, inconsumada, amputada, hostil, de mirada torva y especulativa…. No hay budistas personajes, ni ningún santo. Debes saberte antiejemplo 
Decía que me han censurado mi artículo los dos únicos apologistas que tengo, según XY con artículos como el del martes me haré impublicable, pero por su alto nivel. Le decía ayer  al periodista baskisch, que no me lee, pero sabe de mis sarpullidos onomásticos, que ocurre que he leído a Gramsci y Lacan, con Laclau, del que tenía un libro no había podido. Y puedo largar.
Lo peor es lo de Atroz el rampante, que muy  lubrificado por el subidón me ha dicho que al lector que tenga dejaré de interesarle inmediatamente y me ha  imprecado de pedante, ¡pues mira que él!  Bastante más pedante y más facha que yo. A Atroz le pasa una cosa: que no tiene idea de Gramsci, Laclau y Lacan y como hace en el Oliver, descalifica lo que ignora y encima carece de curiosidad. Es un falsario. De haber tenido alguna novia a la que escribir se hubiera despedido poniendo: Adios, pienso mucho en mí.  


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