Cuando ya tenía el post casi hecho, me llega la bomba (algo había oído): estoy invitado como ponente al Foro internacional de Tarfaya a celebrar durante 3 días de abril en Tarfaya (Marruecos), donde estaba la antigua frontera entre el Sáhara y Marruecos. Las jornadas son sobre el Sáhara y las fronteras coloniales y el Sahel.
Curiosamente más abajo hablaba de mis dos vidas, la clausurada y la inaugurada hace poco. El comienzo tiene conexión con lo que más abajo aventuro.
Ya me ha llegado el prólogo de mi último libro sobre el Sáhara, que ya aborda aspectos culturales, religiosos, históricos del Magreb, de mi generación que es la del Polisario y de sus amigos españoles (siempre olvidados, no tienen excesiva talla). Si el libro es el mejor que he escrito, el prólogo, resulta un sumando importante. Mi libro con el prólogo es un artefacto nuevo, más poderoso. Y además finaliza dejando constancia de que fue escrito en Bogotá y a una fecha, lo que introduce el elemento cosmopolita. Contactos posibles y ya naturales. A E., que se lo mandé ayer le encantó. Supongo que ya no hay Sáhara sin mí (lo que en España no tiene ningún mérito), con toda mi falsa modestia, pero casi todo es susceptible de objetivación y aquí también. Yo no he contado la historia que han contado todos los españoles, y hay en cada libro nuevos peldaños subidos.
He tenido catarro y estoy medicado. Bromeo diciendo todos los sitios y gente que echo en falta y que me lo estoy perdiendo, estando en casa.
Carl Gustav Jung cuando escribió su autobiografía ya advirtió de que su vida a partir de los hechos externos, no tenía el más mínimo interés, ya que había sido verdaderamente escueta. No así la interior. Y tanto. Creía en los fenómenos paranormales.
En los último tiempos de mi vida nueva, tengo sensaciones que se han venido a sedimentarse hasta taponar las rendijas o agujeros que me vinculaban a mi otra vida anterior, y servían de canales de contacto entre los dos mundos. También tengo la sensación de que hubiera emigrado y habitase en otro país. Aunque uno jamás emigra a su casa, ni la toma por país extranjero
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