Aquí mi admirado Peter Handke. Tras un ensayo para una revista de él, dejé de leerle, aunque compraba sus libros. Lo mismo me pasó con Ernst Jünger
Resulta bastante milagroso que escriba, parto de todos los
déficits o insuficiencias posibles: agredo a la gramática desde todos los
ángulos, y no por un único vicio lateral enquistado; me salto las concordancias
de número, género; no tengo interiorizado la función de las preposiciones, encontraba
literario su mal uso, mi sintaxis es
retorcida y de una ignorancia suma, para
mí no es natural el orden sujeto- verbo- predicado, cuando una frase cruje me
cuesta adivinar que es por el orden sintáctico infringido. Tampoco sé usar la
puntuación, nunca me he sometido a pautas ni reglas, y claro, no las conozco.
Jamás le di la más mínima importancia. Esto yo creo que mentalmente es lo más
grave, en tanto expresa una lejanía del orden de las convenciones patológica,
es una forma de dislexia, de desacato social y comunicacional, de caos.
George Perec, me parec tan bueno, que no quería terminar sus libros, no lo hiciera desaparecer
En cuanto la adecuación pensamiento /expresión, hay cantidad
de veces que me introduzco en lo intrincado sin tener recursos de orientación,
ni luz para la oscuridad, ni clarividencia para expresar. No poseo pues una
clara adecuación pensamiento/ forma verbal. Es cuando me salen jeroglíficos que no llego ni yo a entender, las ideas se atoran, no avanzan, se consumen
esperando un interpretante, mis faltas no son solo retóricas sino también de
significación, semánticas.
Envidio a los periodistas que no tienen que enfrenarse a
tantos obstáculos como yo, que les salen las oraciones principales y las
subordinadas con toda naturalidad y ya con la puntuación bien formada.
Todo esto se extrema en complicación cuando corrijo,
porque entonces me pongo a dudar de
todo. Como no conozco las reglas gramaticales me guío por el oído y la vista
(lo leído), me atengo a lo que mejor me suena, es decir por tierras aún más pantanosas.
Compré, cuando ya muy mayor me puse a escribir, libros de gramática y recomendaciones
y normas para escribir. Como soy de natural muy vago, no los he leído ni los
consulto, a pesar de que tengo varios.
Ahora estoy terminando mi cuarto libro del Sáhara y es un
sufrimiento. Estoy en la cuarta corrección y faltan puntos, sobran comas, las
preposiciones bailan, las concordancias se incumplen; de repente se producen
disrupciones narrativas. Desarrollo argumentos que no he planteado previamente, me baso en una
idea o un precedente que se me ha ocurrido pero
que no lo he escrito. Eso dicen que hago cuando hablo, dar por sabidos
mis pensamientos y asociaciones, hablo con la gente como si participaren de mi
mente y estuvieran en mi mundo interior.
Podría seguir ahondando en mis limitaciones, impericia,
déficits, incompetencia, vicios, ignorancia supina –no tenía que haber pasado
de 4º o 5º de bachillerato, porque no lo merecía-, pero no lo haré. Daré
un giro de autoestima. Si con mis limitaciones mecánicas y
funcionales tan objetivas escribo como lo hago, qué hubiera hecho sin ellas.
Como la escritura hubiera sido mero fluir, fácil y encadenado, me hubiera hecho
abogado, vendedor de feria, presuntuoso y escuchándome hablar.
Tranquilos, saldré de esta. Al final terminado los lances,
artículos o libros, no me veo tan nefasto, muchas veces interesante.
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