domingo, diciembre 17, 2017

Creo que he escrito el libro del Sáhara.

Lo he pasado parte a papel, y la impresión no puede ser mejor. Sabía que era algo bueno lo que me traigo entre manos, lo mejor del tema, pero hasta ahora no había pensado  que podía ser e"l libro del Sáhara". Ocurre   que  siempre juego con ventaja, por lo menos  inicial, la posición que ocupo no está compartida por nadie o casi, eso de arranque.
Ante el Sáhara la mayoría de los interesados son izquierdistas populistas  que gustan el exotismo, la  guerrilla de lejanía, el turismo solidario, las medallas en sus entornos y barrios por servicios de compañía y apoyo prestados. Son  héroes a los que no se les ha dado oportunidades.  John Lennon les hubiera cantado y pedido: Dad una oportunidad al heroísmo y  la guerrilla.
Entre el 90 y 95%  de lo que saben es mentira y miniatura, son axiomas falsos y absurdos poseídos de una ignorancia de oscuridad insondable. Sin tener la más mínima idea del tema, solo reiteran  lugares comunes, estereotipos  todos falsos objetivamente, sin entrar en las necesidades de su subjetividad tan perentorias y exhibicionistas.
Hoy  domingo doy por concluido el libro,  ya estoy corrigiéndolo, viendo en la panorámica que ofrece el papel, aquellos párrafos repetidos o innecesarios que es preciso aniquilar, ahora es también cuando puedes hacer unas cuantas, tampoco muchas, incorporaciones a la forma literaria. Aparte de disfrutar mucho escribiendo he tenido muy presente el trabajo  que me suponía, porque me ha parecido trabajo.
Pensaba  llevar en mi viaje de la semana próxima el manuscrito, ya no, así me alejo unos  días y lo voy culminando a la vuelta que es cuando nos aguarda el desenfreno y el bullicio en casa.
Últimamente escucho un CD de rock radikal vasco de mi hijo. Tiene una cinta que me gusta, por potente, son canciones como parabellum 9 mm. con ráfagas de mucho ska, y muy politizadas. Son los mejor configurados como mis enemigos de clase.  Pero yo como baskisch aprendí a bailar saltando (o me llegó después), aunque pillé a todos los cantautores con su severa gravedad. Sigo pensando que no hay mejor socialización que la baskisch, que me alegro por mi hijo. El resultado es que ya siempre sabrás hacer amigos, estés donde estés.
Me perdí el rock radikal vasco, me pone muy energético y potente, incluso a mi edad.
Por otro lado escucho la cadena Dial de música en español. Los  sábados hay un programa  a las 8 de música latina. Me encanta esa música y que mezclen inglés con español. Las letras son  hermosísimas y calenturientas. Casi siempre de joven he sentido que me estaba perdiendo algo en algún lugar del mundo, que estaba lejos de la fiesta. La primera vez que estuve en Nueva York estando  en éxtasis, literalmente arrebatado miraba el cielo del oeste, con un punto de añoranza de California. Hace meses en California me hallaba como en el centro del mandala. La música latina. Alguna será reggeatón, me hace añorar una geografía que mas deseo, en el sentido de considerarla mi axis mundi: el oeste, sur de USA Miami NYC, México, Colombia centro América ahí está todo lo que me gustaría vivir
Me pasó con el latino Romeo Santos, le pregunté  al conductor del autobús  quién era y me lo buscó con el celular, creía que era mujer. Hay una canción relinda que también me encanta y sobre todo la voz de  quién  creía mujer, bellísima y sexy, lo busco y también  es tío. No sé qué me pasa.
He encontrado  esta dirección, no  la conocía y  aunque no esté firmada no parece de agencia

http://northafricapost.com/18605-polisario-cold-war-relic-spanish-writer.html

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