Me sumí en la arborescencia y sinuosidades, fundamentalmente
léxicas, de las más de 500 páginas de la
autobiografía de Juan Goytisolo. Poseo varios libros de él. No los 16 que
descubrí poseía de Foucault. Pero en desorden, pensaba, varios.
Tengo sus memorias en las que hizo algunas confesiones de su
homosexualidad, muy atrevidas y valerosas, tipo película de Fassbinder o
Foucault. Me he enfrenté al interrogante, cuando lo adquirí en Malacitania, de que si tengo las Memorias como es que también
tengo la Autobiografía. Las Memorias
serían el armazón inicial de la Autobiografía.
Como mi biblioteca de desparrama por varias estancias y dos
casas contiguas (lo que describo como garaje/complejo) , pensaba que tenía al señor Goytisolo muy fraccionado, por fin he
ido a la colindante y biblioteca fundamental y allí estaba en compañía de sí
mismo. La autobiografía editada este año de su muerte tiene unos apéndices que no
poseen las Memorias, el resto igual, creo, que tampoco lo he comprobado.
Goytisolo aparte de gran escritorazo me parece un tipo
curioso. Los transterrados, alógenos, malditos, inadaptados, marginales,
fronterizos, raros, controvertidos, desplazados, huidizos, de pié cambiado, individualistas, desarraigados,
incómodos, sospechosos, periféricos, merodeadores… ante la suma maciza de tanto vendido al grupo,
aburridos gregarios, personalidades desleídas, de siempre he sentido debilidad
por ellos, y nula por mayorías y grupos
compactos
Si tanto me gusta obra y personaje es porque alguna afinidad
tenemos, mi escala en las dos
cuestiones valoradas es infinitesimal comparativamente. Sus estancias en
Marruecos comienzan por Tánger y sin
saber qué escribir surge, a la vista de la costa española, el Conde don
Julián. Abjura de España y de Europa. Adolezco de esas proclividades de
otra forma, por cierto.
A Jean Genet, muy
amigo de él, le dedica muchas páginas. Vivió en Larache, donde está enterrado junto
a Goytisolo. Teniendo en cuenta que la Autobiografía de Goytisolo lo compré en Málaga y lo llevé en el viaje, si
entonces (durante) lo hubiera leído habría sabido que el camposanto no es el civil de Larache
sino el español, que está sobre el mar y junto a un vertedero. En los tres que
estuve estaban también muy bien,
rodeados de restos inorgánicos más que orgánicos. Tampoco lo hubiera encontrado por lo que
constaté. Mi amigo el taxista Razmin me abandonó a mi suerte. Se desentendió,
solo emitía ¡a beber!
No hay comentarios:
Publicar un comentario