viernes, septiembre 01, 2017

transterrados, alógenos, malditos, inadaptados, marginales, fronterizos, raros, controvertidos, desplazados, huidizos, de pié cambiado, individualistas, desarraigados, incómodos, sospechosos, periféricos, merodeadores…

Me sumí en la arborescencia y sinuosidades, fundamentalmente léxicas, de las  más de 500 páginas de la autobiografía de Juan Goytisolo. Poseo varios libros de él. No los   16 que descubrí  poseía  de Foucault. Pero en desorden, pensaba, varios.
Tengo sus memorias en las que hizo algunas confesiones de su homosexualidad, muy atrevidas y valerosas, tipo película de Fassbinder o Foucault.  Me he enfrenté al  interrogante, cuando lo adquirí en Malacitania, de  que si  tengo las Memorias como es que también tengo  la Autobiografía. Las Memorias serían el armazón inicial de la Autobiografía.
Como mi biblioteca de desparrama por varias estancias y dos casas contiguas (lo que describo como garaje/complejo) , pensaba que tenía  al señor Goytisolo muy fraccionado, por fin he ido a la colindante y biblioteca fundamental y allí estaba en compañía de sí mismo.  La autobiografía  editada este año  de su muerte tiene unos apéndices que no poseen las Memorias, el resto igual, creo, que tampoco lo he comprobado.
Goytisolo aparte de gran escritorazo me parece un tipo curioso. Los transterrados, alógenos, malditos, inadaptados, marginales, fronterizos, raros, controvertidos, desplazados, huidizos, de  pié cambiado, individualistas, desarraigados, incómodos, sospechosos, periféricos, merodeadores… ante la suma maciza de tanto vendido al grupo, aburridos gregarios, personalidades desleídas, de siempre he sentido debilidad por ellos, y nula por mayorías y  grupos compactos
Si tanto me gusta obra y personaje es porque alguna afinidad tenemos,  mi escala en  las dos  cuestiones valoradas es infinitesimal comparativamente. Sus estancias en Marruecos comienzan por  Tánger y sin saber qué escribir surge, a la vista de la costa española, el  Conde don  Julián. Abjura de España y de Europa. Adolezco de esas proclividades de otra forma, por cierto.
 A Jean Genet, muy amigo de él, le dedica muchas páginas. Vivió en Larache, donde está enterrado junto a Goytisolo. Teniendo  en cuenta que la Autobiografía de Goytisolo lo compré en Málaga y lo llevé en el viaje, si entonces (durante) lo hubiera leído habría sabido  que el camposanto no es el civil de Larache sino el español, que está sobre el mar y junto a un vertedero. En los tres que estuve estaban también muy  bien, rodeados de restos inorgánicos más que orgánicos.  Tampoco lo hubiera encontrado por lo que constaté. Mi amigo el taxista Razmin me abandonó a mi suerte. Se desentendió, solo emitía ¡a beber! 



No hay comentarios: