miércoles, abril 12, 2017

Ya tengo coche, y algunas vicisitudes

en la RRI Radio Republik Indonesia
Bueno, el viaje ya está colonizando nuestras vidas. XY ha desplegado varios atlas (3) y tiene todos señalados, ya podríamos buscar localizaciones con los ojos vendados, como en la mili había que ser capaz de montar el fusil CETME. Todo se complica, resulta que el Gran Cañón de Colorado está muy cerca de Las Vegas, pero nosotros vamos por nuestra cuenta conduciendo por varios estados.
Después de creo que dos meses por fin tengo coche, o sea ya me han hecho una llave. ¿Cómo una? Si la pierdo estamos en las mismas. ¿Usted pidió dos? No, yo creía que la llave era el juego o sea duplicado. Cojo el coche, salpicadero impoluto, sin bacterias ni costras parecía por su asepsia un quirófano. Loado sea Dios: la radio ahora funciona. El parabrisas sigue rajado. Bajo de la Renault  y compruebo que apenas frena, la cuesta es considerable –¿no frenará nada?-, poco pero frena y cuando paro se cala, o sea como cuando lo dejé. Me he divertido conduciendo, adelantando y esas cosas. He pensado en el viaje y me han entrado ganas de conducir. Le había preguntado a mi hermano si me habría olvidado de  conducir. Ahora tengo que volver a llevarlo  al taller porque se me cala casi cada vez que paro, y los frenos.
El lunes otra vez Fer vestido igual: una chupa como gris e indiscernible, sus pantalones rojos de pijo y camisa blanca también de pijo. ¿Qué pasa, que no tienes más ropa o te ves muy guapo así?. Pues igual que tú. Ahora que  tengo las camisas de cuadros más bonitas que he tenido nunca, no uso camisas, solo camisetas y sudaderas. Tenía razón Fer, tengo una sudadera que pone NYC  que no me la quito. Sudadera souvenir que parece que la llevara impresa, me gusta que parezca souvenir. En la gasolinera soy un tipo si no con clase, desenvuelto. Ahora resulta que tenemos a dos amigas de Espy de Filadelfia estos días.
Será mucha coincidencia, pero pensando en gente que conozco y he conocido, no veo motivos para sacarlas aquí por sus vidas. Sí en cambio a mi hijo, que es una  suerte. Como se ve en la foto ahora anda por comunidades apartadas, y no  como en el Banco Mundial en el que sus viajes eran para tratar con grandes burócratas nacionales. El interés por la antropología y la sociología más que de mí es de XY, y ahora dice que no se puede comparar el conocimiento de sociedades y países que tiene ahora en el IRI –ha ido con dos más-, que el que tenía en el Banco Mundial. En Camboya se cogió un avión para ver unos templos hace unas semanas, o sea toca bastantes palos.
He dado la última corrección mía al libro. Un placer. Yo contribuyo, no sé a qué, pero contribuyo.


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