E. en Kiev
He descubierto a Ernst Toller -saqué la portada del libro dos post más abajo-
y ha merecido la pena. Me interesa mucho este periodo alemán prenazi de la
República de Weimar. Como me ocurre con los intelectuales judíos alemanes.
Ningún grupo como ellos tienen tanto interés, prestigio y mérito para mí, tanta fuerza, originalidad, posición moral e
intelectual. Gracias a una comunidad con una cultura y espíritu tan
potente como ellos, he conocido mucho mejor
la república soviética de Baviera, a los consejistas, espartaquistas,
socialdemócratas (socialistas de derecha, según Toller) y comunistas (jodiendo en cualquier
circunstancia).
Vista desde el hotel de Kiev
Esta biografía de Toller es novelada y de diálogos profusos.
Simpatizas con este judío echado
pa´lante por su dinamismo, su vivir conforme a sus apetencias e intereses, y ser
a la vez un talentudo autor dramático. No sabemos nada de sus lecturas, solo de
sus escasos contactos literarios, el más emérito Thomas Mann. Acaba las memorias noveladas cuando sale de la
cárcel en 1924, tras 5 años de condena.
Pudo ver reducida su condena, pero no quiso. Antepone la pasión política, la
aventura, una forma de vida muy singular y propia a la cápsula literaria que tan menor y aviesa
resulta.
Da cuenta de dos personajes apasionantes que me han interesado de antiguo, por quienes les citaban: los dos
judíos, intelectuales, asesinados:
Walter Rathenau, y Gustav Landauer.
Como no recibo ayuda de nadie contándome su vida o la de
quienes conozca, que yo deduzco frugales, desleídas y prosaicas, hemos de
volver a E. Ahora en Kiev. Esta vez ha debido acudir un grupúsculo de
norteamericanos como él. Le he pedido una
crónica, pero me ha dicho que hasta el fin de semana imposible. Hace 10
días o así paró en Tokio. Me advirtió que pensaba comer muy bien. Tenía 7
horas. Le dije: Cogerás un taxi. -Ni hablar, yo voy en metro, ahí es donde está
el pálpito de las ciudades.
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