domingo, abril 30, 2017

Con traje por los desiertos de Sonora y Mojave (y Pascal Bruckner)

Había leído del más joven de los Nuevos filósofos, Pascal Bruckner La tentación de la inocencia, el mejor diagnóstico cultural (con mayúsculas) de nuestra época. Este libro suyo que es una biografía  gravita en torno a sus padres, en la que prevalece el odio pero integrando  la comprensión y la dialéctica  necesidad /libertad frente a su padre fundamentalmente.
Toda la finura y profundidad psicológica están imbuidos del  mismo temple que han modelado los grandes personajes literarios.
Es el autor literario de Lunas de Hiel obra que llevó al cine Polanski acumula grandes premios literarios.
De la filosofía hay quienes transitan a la narrativa con un plus valor, con mucha ventaja prescinden de sus  categorías y conceptos para bucear en las emociones y sentimientos  que subyacieron y los impulsaron. La filosofía  al dar profundidad e intensidad pueden permitir desde sus  atalayas inspeccionar todos los subsuelos. 


El barrio El Presidio de Tucson (Arizona)
Ayer a  la mañana se apersonó en casa Fer por papeles para U.S.A. A la noche vuelve con Rosita. He estado en Mercadona y he comprado algo de marisco y mucho queso y patatas fritas porque va a venir  mi hermano. A la mañana hay que llamar a E a Londres donde está de boda,- por una foto sabemos que está con  amigos de España y París, habrá aprovechado para quedar con ellos-, para una consulta. Resulta que el viernes o jueves pasado, voló de Kiev  a Washington, fue  a su casa con tiempo para ducharse, cambiar de maleta, coger el avión y volver a cruzar el Atlántico en sentido inverso. Como E y S de Tucson se van a Los Ángeles, desde donde trabajarán esa semana, nos esperarán allí para el segundo fin de semana. Pero resulta que según nuestras reservaciones salíamos de San Francisco un sábado. Por lo que digo: hay que correr la segunda semana, para salir de San Francisco el viernes. Consecuencias: éstas: el segundo lunes hemos de salir de Tucson sin escalas a Las Vegas y el viernes  bajar de San Francisco por el interior a Los Ángeles. En ese intermezzo no vamos a Yosemite, se lo dejamos para los turistas y sus guías de viajes, avanzaremos todo lo que podamos  hacia San Francisco.
Estando a la noche departiendo los cinco, una llamada  de ¡Espy! Que el día de la graduación vamos a ir a un mexican la familia: Vosotros 4 y S y E. Se pone terremoto y divertidísima, y me dice: te  voy a llevar a un barrio que  se llama El Presidio que te va  a encantar, y a un bar donde vas a beber muy bien acompañado. De gente de tu edad y estilo, como te gusta, que se llama El Búho nocturno.
Espy, eso es mi paraíso, ¡El Presidio! Qué nombre tan mexican y de tanto encanto,  de allí no me muevo, de El presidio. Ya me estoy empezando a volver loco oyendo Country, tex-mex y sobre todo escuchando placticar  a los mexican.
 Fer tiene memorizado el trayecto del aeropuerto de Los Ángeles al hotel. Mi hermano comentó el otro día en Los Reunidos –vamos a estar como poco 4 lunes ausentes-  que solo hablamos de la conducción y el alcohol. De San Diego escalaremos  -hay que acostumbrarse a los nuevos neologismos- Yuma, la ciudad de mayor  insolación del mundo (40º en mayo) y legendaria ciudad del Far West, donde veremos a los Border Patrol, los Rangers.
Ayer dijo XY:  al parecer para ti (yo) lo más importante del viaje son las gasolineras y los supermercados... (la América profunda,suelo añadir). Y  seguro que hay más cosas. Pues no sé,  entre las gasolineras, los supermercados  y moteles de carretera y El Presido yo ya tengo el viaje hecho.  

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