Vivir
como en un carromato me aleja del blog. El sábado pasado en mi querida Bayona, en Funterrabia comida como el
siglo precedente y demás paradas en la
costa bajo un frío polar . Bilbao
volvió a temperaturas llevadizas. Ayer llegué a Córdoba, donde me tuve que quitar el jersey
y desde donde emito. Tiempo veraniego, un adolescente francesa me ha vacilado
interponiéndose a ni paso y obstaculizándome mis movimientos por
esquivarla. A un par de autobuses de
colegialas francesas les ha hecho mucha gracia. A mí también pero por ellas.
Lo más
entrañable de los últimos años, ha sido el mongólico que entró ayer a la mañana
en el metro de Bilbao, después de Las Arenas. Se quejó de sus padres que ya le estuvieran llamando
por el móvil, a viva voz. Les respondió de una manera algo oscurantista.
Bueno empezó a desmelenarse, a cantar y
decir cosas tan increíbles, de tanta inspiración y gracia que se hizo con el
vagón. Trabaja en el Casco Viejo. Aunque no haya ni uno solo de la zona que me
le, si fortuitamente llegan hasta aquí aconsejo coincidir con él. Poco más de las 8, irán sonriendo y riéndose al trabajo, al médico o donde
tengan que ir. Cuando he bajado en la Estación de Abando me he acercado a
despedirme. Le he notado satisfecho por el baño de multitudes que se había
dado, con todo el merecimiento además.
Guadarrama
nevado. Estando en Atocha entre la
catalanidad Barcelona Sants ha aparecido el diputado Rufián. Parecía camarero
de club de golf, subvendedor de 4X4, u oficial en jefe de asesoría fiscal, y
encima tenía en derredor a la ejecutivesca catalaní emperchada. El Rufián ha
irrumpido próximas las 16 horas, con una chaqueta militar verde, camisa blanca
que le descendía de la anterior al culo, vaquero secado y planchado
directamente en la pantorrilla, playeras verde-obvio militar también. Menos mal
que no iba a Sevilla con nati Abascal. Es evidente que Rufián ha de tener en
los estantes más anabolizantes que libros. Se gusta mucho. Como un portero de
discoteca charnego.
Si a
SantS BNA iba la ejecuti-vesca catalunya vestida y humilde, para Santa Justa lo hacíamos los banderilleros.
Ayer
fue aquí verano y me lo pasé muy gozoso sin ropa, muchos turistas, arte,
ambiente, caballos, rincones y 50 euros en libros que no sé si los tengo sobre
Al-ANDALUS y moriscos. Me vuelvo a lanzar a las calles.
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