Llevo no sé cuánto tiempo sin coche. Me desplazo a pie, es decir que hago
descensos pronunciados como para piraguas aunque sean muy pocas las veces. Ayer me
recorrí gran parte de la ciudad, lo que me resultó inédito. Justo me sonaba la ciudad, no hubo pues mucha extrañeza. Quedé con mi hermano en Los
Reunidos al mediodía. Envidiaba la extraterritorialidad que mantenían Al
y Serena, cuando llegaron de dar la vuelta al mundo a comienzos de los 90, que
consistía en estar (burbuja) sin estar, sin entorno, sin territorio específico.
Parecía que no vivían aquí. Hacía la Guía de playas de España como si estuviera por todo
el litoral español. Venían amigos de Madrid e Italia y vivíamos en un mundo
propio, que desaparecía cuando iba a trabajar: del trópico cocotero al polo
pingüino y la inmersión en un mundo que como poco no me gustaba nada y que
siempre lo viví provisional, luego mejoró. Ahora soy yo el que ha accedido a
ese tipo de vida, al de la extraterritorialidad. Obviamente alguien como yo, con lo
que no puedo cortar es con las cosas divertidas. Tengo todos los días mis dosis
por teléfono, y en casa también, que
parece aguardaba para el final. Del mundo que me circunda no sé nada, ni quiero
saber, no imaginé lo que suponía de beatitud. Mañana viene a casa mi amigo periodista
vascongado por la mañana.
Dependo de una cuestión fundamentalmente para ir a Bilbao y
Cádiz, el viaje aún pendiente. Y que lo voy hacer en breve, Las Palmas tengo
atascada y el viaje a EE.UU. está ya casi encima. Así como no tengo exterior
local –todo lo tengo en casa-, si no son los amigos, el exterior se ha
convertido en el no local, por lo que las ganas de moverme son fuertes.
Mi hijo ya está en Camboya, en su hotel estuvo Liz Taylor, le
pregunto y me contesta que como el Minzah (de Tánger), pero en lujo asiático. Al
final van a estar los dos fines de semana con nosotros en el Oeste americano, el primero
en Tucson en la graduación de Espy y el segundo en Los Ángeles, en lugar de
volver a Washington se quedarán en casa de unos amigos en LA trabajando desde
allí. Espy ha pasado el fin de semana con mi hija en Washington para una
entrevista en una gran firma de abogados (para ella).
Mi amigo Andrés acertó con el autor del libro de arriba y el lunes me lo llevó a Los Reunidos. Regaliz.
Mi amigo Andrés acertó con el autor del libro de arriba y el lunes me lo llevó a Los Reunidos. Regaliz.
Espy tras regresar a Tucson, fue el otro día al dentista a Nogales (cheaper), donde los mexican y destino próximo nuestro.
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