El libro en realidad se llama “La historia prohibida del
Sáhara Español” (última variación de uno anterior), que de prohibida no tiene nada,
ya que se trata de la historia beatífica y canónica del Sáhara español absolutamente hegemónica en España. Los españoles han creado el metarrelato del
Sáhara, que como los mitos se trata de una narración ejemplar, por la que todo
queda explicado de la misma manera y para siempre desde los tiempos primordiales en que una
primera vez ocurrieron. Como Verdad es
una y unívoca. Lo que es casi milagroso es encontrar alguien con versión
distinta de la muy mal llamada historia prohibida, puede que alguien carezca de
versión, pero no que se aparte un milímetro del unánime acuerdo de "verdad". Los
tratadistas sobre el Sáhara, cuyo primer y más numeroso grupo lo constituyeron
paradógicamente los militares del
ejército colonial de una dictadura militar, al que se sumaron periodistas,
solidarios, algún jurista, profesores, incluso novelistas…, todos ellos han mantenido
una interpretación cerrada y militante a favor del Polisario. La cooperación
incluso es una cooperación de parte y programa máximo: la independencia del
Sáhara. Son 200 asociaciones españolas que representan la excepción en la
cooperación internacional, se trata de la logística, facción para-diplomática y
propagandista y de apoyo moral al Polisario. Es tal su ímpetu que todas las
penalidades, sufrimientos, desesperanza que
abaten a los saharauis de Argelia están justificados por estos estos solidarios
(primera línea de la independencia, a riesgo cero). Mientras los viajeros solidarios a Tinduf, se lo pasan
en grande con festivales de cine, maratones, derrah y land rover por el
desierto, fantasías se lucha y revolución, banderas y banderas y a la vuelta
escribir un libro.
Bárbulo es una pieza clave en la construcción del
metarrelato. Demuestra que es imposible que aflore una brizna de crítica, de
análisis a través del tiempo, evolución, acceder a otras visiones, enfoques o autocrítica.
No pareciera muy difícil constatar el
fin de la guerra fría, el fin del movimiento de los países no alineados, el fin
del panarabismo, la liquidación
histórica de los movimientos de liberación nacional, de la descolonización ya
fase histórica extinta, nuevas realidades como los estados fallidos, el
terrorismo islamista… que han revocado la historia. Para Bárbulo nada de
eso tiene la más mínima importancia. Ni le llama la atención siquiera. Como si
estuvieran prohibidos.
Bárbulo está con la historia
sagrada del ejército franquista humillado
por los moros (racismo hispano), y donde la dogmática habla de traición, honor,
huida, rendición… En definitiva, que con la historia prohibida por nadie, se podría escribir un himno militar. No se perdonan que no se
entrara en guerra con Marruecos (que no lo dicen aunque lo den a entender) haciendo frente a la
Marcha verde, con matanza de civiles incluida.
El autor maneja muchas fuentes, para sembrar de hechos y anécdotas una tragedia, que el busca eternizar
como tal, ritualizarla, recordarla. El
piensa en el mito, en visibilizar, memorizar la tragedia, honrarla. Nuestro
autor ni siquiera se suma a la versión posmoderna
del frente académico que le ha salido al canon hispano del Sáhara: son los
profesores de Universidad, autores algunos del "El Sáhara 40 años después", que se han dado
cuenta de que se ha entrado en una nueva fase
desde el momento que se propone una solución justa, duradera y
mutuamente aceptada por las partes. Así el frente académico ha echado mano del
arsenal posmoderno: emociones, visibilidad, transterritorialidad, imaginario… A los adalides del metarrelato original solo les
interesan sus emociones: el Sáhara que a ellos les ha prohibido la historia.
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