Una sucesión de cosas buenas
Arrancó esta fase de despedida del año con el comentario de
Manolo Vidal a mi último libro sobre el Sáhara y mi trilogía. Como dijo mi
hermano: más no se podía decir en cuatro líneas. Después vino la entrevista
para El Búho, el poder explicarme ante gente de mucho altura intelectual. Sirve
para situarte, conocer tu posición, contrastarte. Por twitter no dejan de
nombrar el último programa del año y el declive sindical, con mi nombre/cuenta.
También estoy muy satisfecho con la línea que mantengo en prensa, que es la que
deseo exactamente, y con la facilidad
que me sale la columna; no edifico nada. No soy ningún opinante malabarista.
Son pequeños ensayos.
El miércoles a la tarde tuve dos llamadas benéficas. Mi
hermano, para informarme que salíamos en la revista IUS del Colegio de Abogados
y un amigo vasco, profesor de filosofía, del que estaba alejado a raíz de una
discusión sobre Hegel. Ya nos habíamos llamado. Su mujer, ya me dijo: sois
igual de coléricos. Y vascos.
Tengo ya la revista del Colegio, ha sido una sorpresa y,
encima, tratado con encomio. Uno se disuelve, no quiere saber nada de
determinados mundos de Dios y hay quien no te deja y te reintegra. Sin embargo
estoy muy fuera pese a todo, y no de forma pacífica. He tenido la virtud de ser
bastante bueno en relaciones afectivas (gracias a la socialización vasca). Los más desasistidos las cifran en las
relaciones sociales, así resultan tan lastimosamente patosos. Si eres bueno en las
relaciones afectivas, de simpatía, empáticas vas a tener un lecho social real,
no derivado, institucional, de delatada inversión.
Las personas no son afortunadamente idénticas, hay algunas
que son mejores o mucho mejores que otras. Valen más. En el Colegio de Abogados
he sido tratado de maravilla con tres decanos (al punto que todo lo pedido me
ha sido concedido, ahora estamos en la fase de que se me da sin pedir, por lo que estoy muy agradecimiento). Se me tilda de primer director de la revista IUS, para que nos hagamos una idea. Al que
más aprecio y me considero amigo es del actual, es alguien al que admiro, he
tenido con él conversaciones dijéramos humanas, nos hemos reconocido en la
humanidad, sin hablar de nosotros. Con otros abogados (siempre me ha costado
muchísimo decir “compañero”, “cliente”, "despacho" y cosas definitorias, seguramente por algo profundo) también he tenido grandes momentos de
proximidad y afecto. Es algo que surge en los encuentros.
Me ha parecido muy divertido de que la reseña hable de mi
problema con la USO- Canarias, la lata más caducada en los estantes polvorientos de abajo del
supermercado sindical. Cogido del libro mío. Curiosamente la cuestión del pleito no arranca
por lo que fijó la sentencia, tesis inverosímil por lo demás, sino por lo que
escribí ya antes de que pudiera haber juicio en el anterior libro a este, y
dice ahora IUS: por no querer irme. No por
no aceptar nuevas condiciones y en pos de la consecución de un nuevo
acuerdo no pasarme ningún caso (¡cuidado que hay que ser desproporcionados y
voluntariosos de la libre voluntad de las partes -de una sola parte tan inmensamente coactiva, en la obtención de acuerdos!). ¿Habrá pasado
algo así, tan radical y surrealista, en el mundo? En fin, que yo no estoy en
diálogo o debate con el antiguo mundo. No tengo más que decir.
Desde luego el Colegio no se ha hecho el distante, sino que
practica la libertad y cree en la
responsabilidad. Les llamaré al Decano y al Gerente para darle las gracias.
Para mí como para ellos es importante la caballerosidad, las formas, elegancia,
nobleza…
En el último post hablaba del obrerismo en su doble
vertiente, sindicalista y laboralista. Me temo que soy el gran especialista en España. Y
del nivel intelectual, moral y cultural de ellos, firmantes de manifiestos tan inteligentes como luminosos, ellos que se las dan de catedráticos
morales en su pequeñez ridícula, y que han vivido la totalidad de sus vidas en
vasijas, desde donde tumbados dentro solo han estado viendo (enfocado) el cielo. No
tuvieron la suerte de que como en la cábala judía (luriana) las vasijas se rompieran, se desprendieran chispas y la intimidad con
Dios fuera perdida por una interposición
del mal. El mundo. Debajo de las cátedras-catecismo, unos corporativos muy
aburridos pero aún más corporativistas y
reaccionarios, que han manejado toda su vida manuales técnicos de diversión, con
chalaneos, posiciones y buenas dosis de colocación y total ausencia de mínimos de
complejidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario