Donde dije digo digo diego. Ni rusificación ni marroquismo:
Judaísmo. El viernes al estar sin coche volví a bajar al centro caminando (al
del taller le digo: usted tranquilo, no tengo ninguna prisa) y me pasé por
Agapea, antes de confluir en Los Reunidos.
Me compré dos libros sobre judíos, uno del premio nobel
norteamericano Saul Bellow, “Jerusalén” y el otro que es el que estoy leyendo
lleva este título tan sugestivo "Judíos heterodoxos. Romanticismo, mesianismo,
utopía". Judíos heterodoxos es un pleonasmo, un judío ya es heterodoxo, peor aún,
un hereje. Están todos mis ídolos, empezando por Walter Benjamín, no entendía
su fama y si había padecido su
dificultad. Sin ser especialista en nada -tocó estética, historia , arte, filosofía,
poderoso y original escritor-, sino un mero intelectual de muchísimo e inagotable
prestigio elaboró toda una filosofía de la historia. Su forma de filosofar y
pensar es sobre hechos colaterales, sin importancia inicial y por medio de
aforismos como Nieztsche, Adorno..
La corriente o sensibilidad (más que una literatura) romántica alemana de una
generación de filósofos nacidos a finales del s XIX de origen judío, se
enlaza con el mesianismo hebreo y el utopismo revolucionario socialista o libertario. Qué es el comunismo más que la promesa del Reino de Dios en la Tierra. Benjamin, Luckas, Bloch, Buber, Rosenzweig, Landauer, Sholem… Mi
altar mayor.
No sabía yo que el milenarismo es netamente cristiano de
sectas medievales como cátaros, muntzerianos, anabaptistas… Mil años de paz
anunciarán el Juicio final. Frente al milenarismo, el mesianismo judío que es
un tiempo eterno.
Nuestros autores en su nutrición en el judaísmo, ya el
mesianismo pasa a ser un fragmento de tiempo que acaba con el discurrir empírico
de la historia, pierde su esencia cuantitativa y deviene en algo cualitativo
radicalmente distinto y disolvente. Es el reino de Dios o de la utopía revolucionaria. Ya lo he
leído y lo empezado a releer, para ver si dentro de un mes me acuerdo de algo.
Yo no entendía hasta hace unos pocos años por qué se estudiaba y al final lo comprendí por obra de mis lecturas: para que no se te olvide todo del todo.
El libro es apasionante y podía hablar de los diferentes
autores. A quien no conocía es al autor del libro: Michael Löwry, por lo que le
he buscado en internet. Brasileiro de
origen judío (Viena), carrerón académico en Francia, llegó entrevistar a Martin
Buber y a Ernst Bloch y dar clases en Tel-Aviv y resulta –ya rollito
brasileiro- que ha escrito sobre el Ché, la teología de liberación y, Kaménev
atento, prolijo en Rebelión. Org. y aquí
termino horrorizado.
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