Esta mañana, como me estaban colocando la radio en el coche, he bajado caminando al Castillo. Me he dirigido innecesariamente hacia el sur, sin perder mucha altura, luego de un giro de casi 180º he buscado el este, finalmente he picado para abajo eludiendo rectas y diagonales. He tardado una hora en alcanzar el Castillo, a buen paso. Me estaba probando, luego he subido hasta la piscina, donde he cogido un taxi porque me cerraba el taller.
Tenía que presentar distintas cédulas y documentos, lo llevaba perfecto, como si fuera obra de un gestor maniático. A la que recoge ahora el epistolario, le gusta el misterio, el número impar, lo dispar, asimétrico, disímil, heteróclito, lo singular y no repetido, y a veces los juegos de manos, pasa la papelería de un lado al otro en cualquier momento de ensoñación diurna. Viene unigénito o irrepetible, me dice. Lo tienes al otro lado. Hoy vigilaba los movimientos chirleros
- Este no es para aquí- me dice ansiosa.
- Sí es para aquí.
- Pues pone Alta Prefectura bien claro.
- Si, pero arriba pone comisaria principal del distrito, de allí lo mandan a la Prefectura- responsabilidad que fue una de sus dedicaciones de mayor confianza.
- Pues aquí no entra.- detrás de mí se arremolinaban intermediarios y procurantes.
- Si pone arriba la comisaria…- Le dice un intermediario en mi defensa. Para nada.
- Mira, te juro por mi hijo, por mi hijo sí, pero también por mi madre, que así me lo han recogido cientos de probos antes que tú- Nada
Vale. Me voy a ver al jefe supremo del Castillo. Me trata como a un invitado y le pongo encima de la mesa la papelería en cuestión. Que no me preocupe que eso lo arregla él. Subo tras dar la vuelta al castillo y ya ha llegado él. En la cola nuevamente, veo la intervención. El jefe supremo se va y me hace un gesto con las manos de que está todo arreglado. Así es y me lo coge, otra.
Era una cuestión rutinaria, algo al alcance de los simios, pero ha habido que darle vidilla, contratiempo, atención, ha habido que implementar seguramente algo, porque sí, gratis total, a cambio de nada.
Se han dado hoy muy distintos méritos y capacidades. Existe al menos algo de orden. Como la realidad puede resultar pavorosa en el acontecer más anodino de sí misma, hacemos bien en refugiarnos en conceptos generales, cláusulas morales abstractas y aprioris.
Viva la Revolución, ¿pero contra quién?
2 comentarios:
Triste funcionario en su pecera
esperando la llegada de bellezas,
halló en cambio otras lindezas,
unos papeles que de allí no eran.
Ignoraba soñoliento al señor mayor
del otro lado del cristal,
ese que a su superior iba a buscar,
antes de mandarle cerca de Nador.
Arribó el superior del mequetrefe
para restablecer el orden zaherido,
pues para eso él era el Jefe.
Y entre éste y el intermediario,
como meses antes hizo el Gobierno
jodiéronle al triste funcionario.
Yo, y cada persona que se haga cargo de su propia identidad y de sus relaciones con el medio.Cuenta con nosotros para practicar revoluciones, sobre todo, en su acepción:acción o efecto de revolver o revolverse;incluso revolverse con y contra el propio interior de uno mismo, solo cuando lo hacemos así,notamos las
particulares cadenas.
He retomado el yoga espartano, se que puedo conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto.Te lo recomiendo para tratar con la fauna
del castillo.
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