domingo, abril 12, 2015

Oliver neoliberal


Cuando llego al Oliver, es como si estuviera a punto de entrar en la Casa Blanca y me digo para mí, ¡que preciosidad!, además vengo a algo tan placentero como es  nuestra tertulia. Ayer había gente de postín: los grandes patricios, que además parecían ilustrados. Y tres más, neoliberales de verdad,  con nosotros. Uno de estos había venido de Sevilla a dar una conferencia. Me lo pasé muy bien.
Los neoliberales son auténticos creyentes, como los comunistas de nuestra juventud. Están muy preparados  en teoría y en  funcionamientos (ideales)  macroeconómicos. La economía les fascina y son más duchos que los viejos comunistas, aunque igual de dogmáticos y con la misma aptitud política de los comunistas para alcanzar el poder: o sea ninguna. No actúan sobre algún sustrato real: social, ideológico,  cultural e histórico. Es la gente más anti-política que he conocido jamás.  Solo confían en la Escuela Austríaca de Economía, cuyos antecedentes se remontan al SXIX, enemigos de la Escuela clásica y los métodos experimentales e inductivos, creen en la deducción lógica más que en los múltiples pliegues y aristas mudables de la realidad. Son llamativamente  doctrinarios, puro S XVIII, y no solo eso, como se lo reproché a ellos, encima tecnócratas con soluciones sectoriales, lo que es un sin sentido. O se es doctrinario y creyente o se es tecnócrata practicista que cuida detalles y  aplicaciones. Estos son las dos cosas a la vez.
Tienen aún su Sinaí en Viena y odian a Keynes. Librescos y por ello recitadores, tanto es el  dogmatismo  con que contemplan el mundo,  que ven los procesos históricos y económicos como un sistema holístico y cerrado, en que no hay margen para del error o la inviabilidad. Es como si el mundo se hubiera detenido a la espera de ser redimido por tres autores y 20 libros de epónimos de los grandes padres de la iglesia austríaca de economía.
Muy discursivos y teóricos, mantienen esquemas autorregulativos exactos, pero completamente locos.  Al ser tan doctrinarios es muy fácil desarmarles. Hablan de privatizar el ejército, la policía y la justicia, y se refieren a consumidores.
-Para empezar no hables de consumidores, que pienso en tiendas y en grandes superficies, si me hablas si eso puede ocurrir sólo en un país, con o sin minorías, como el “socialismo en un solo país”  de Stalin, o ha de ser  mundial como  la “revolución permanente”  de Trotsky, para ser viable, háblame de nacionales de un país y, si es en términos políticos, de ciudadanos, pero no de consumidores, que estás haciendo trampa. Hay realidades tan o más determinantes que los mercados de consumidores- enfatizo como un presbítero.
Pues resulta que esta secta austríaca está muy preparada,  tan libresca  es, y  muy activa. Hasta  desayunan los sábados en la luna.
Ayer, nuevamente Popper con “La sociedad abierta y sus enemigos”, y sus 800 páginas, que no he leído, pero el único que habló con conocimiento de causa y bastante profundidad fui yo, cosa que lo repetía cada vez que abría la boca, que solo se daba  cuando no la tenía cerrada por descuido. Tengo 2 libros de Popper que los he leído casi tres veces.  Me sentí muy a gusto y desbocado con Popper, como si estrenara novia refulgente, de forma que hice reír a la mesa y la reunión todas las veces que quise (mi máximo triunfo). Ahora mismo podría escribir sobre Popper unas 1.800 palabras, dentro de una semana serán dos líneas.
Me permití escarnecer a mi hermano comiéndole sus patatas fritas. El cínico me dice -yo esperaba que me clavara el cuchillo en el dorso de  la mano-: “Ya sabes que todo lo mío es tuyo”. Así el argumento, me retiré de la confiscación.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

"cada vez que abría la boca, que solo se daba cuando no la tenía cerrada por descuido"

jajajajaja cierto, no dejó hablar a nadie, por lo menos como usted se fue temprano a eso de las ¿02:00? el resto pudimos hablar algo entre nosotros

nos lo pasamos fenomenal pero entiendo que los despistados que aparezcan, y no digamos las damas, no quieran volver


salu2
EDH

José María Lizundia Zamalloa dijo...

2:30 si no le importa.
Aunque su silencio otorga, mis frecuentes intervenciones, no exentas de humor, sirvieron para que en el ámbito patricio Oliver, sea mucho más conocido nuestro ínclito Karl Popper

NAL dijo...

Uno, que no ha leído a Popper, actualmente lee "Codicia" de Vazquez Figueroa, libro que versa también sobre Economía. Cuando quieran abrimos un debate sobre una materia tan etérea que ni los grandes Popes se enteran. Solo sé que no tenemos dinero, sólo un apunte contable. Apunte que, en cualquier momento, se esfumará como los días de vino y rosas que nunca volverán. He dicho.