Hoy, mi colega Asma Lekhli3 habló de este libro, en el congreso " El Sahara marroquí en el espejo de la traducción".
Uno al final de cuentas tras demasiadas vueltas y justas, como dijeron Nietzsche (el único que recuerdo) y muchos más, ha llegado a ser lo que ya era; un raro, ni siquiera heterodoxo, que no es lo mismo, en todo caso un outsider. Por fuerza me ha de satisfacer mucho que alguien que no pertenece a nada, ni siquiera grupos ni corrientes, sin contactos ni relaciones, sino más bien todo lo contario termine en muchas universidades extranjeras, los leerán muy pocos de igual forma, pero al menos estás en mausoleos, que es lo que completa/complementa llegar a ser lo que eres, con lo que fuiste, por la necesidad de avenencia vis atractiva que debe reinar entre presente y pasado. Más que de futuro...



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