viernes, julio 12, 2019

Otto, una novela deliciosa

Otto era un golden retriever de mis amigos Serena y Alfonso, criadores de canes de esa raza, Ya habrá muerto, como viven tan poco en relación a los humanos solo hay perros fallecidos. Supongo que le pusieron ese nombre por mi novela, cada año deben inventarse más de 18 nombres de perro
Mi hijo y mi nuera que están esperando un niño, que será norteamericano -qué tranquilidad traspasar España y Europa, como ya lo hice con el País vasco- todavía no saben el nombre y solo es uno. 
Esta novelucha -estaba convencido de que lo era- Otto fue mi ópera prima y la creía absolutamente infame e indigna. Casualmente a dos amigos, uno de Madrid y otro de Bilbao que escribían,  uno, varios poemarios y lecturas y recitales múltiples y el otro había ganado un premio, les gustó mucho. Los  avezados en literatura, que leen y han escrito poco y bien son mucho más fiables que los empecinados en carreras de escritores con planos para la construcción de sólidas estructuras narrativas.
Bueno, pues uno me confesó que le hubiera gustado haberla escrito.
Sin embargo en el subtrópico los pocos que la leyeron, sin pena ni gloria.
Hace mucho le dije a XY que si la hubiera escrito con 20 años hubiera sido tal vez prometedor, pero no a  los cuarenta y tantos por lo que era fallida a mas no poder, de avergonzar,
Ya dijo Chrisotopher Hitchens que no hay escritor que no tenga libros de los que sonrojarse. Yo  estaba persuadido de que el principal era Otto, y en absoluto lo es, son otros.
Ha sido la gran sorpresa en tiempo, nunca leo lo que he escrito, si muy de cuando en cuando (años) abría un libro, leía un párrafo o frase y cerraba, o estaban bien y ya era suficiente o eran llagas que debían supurar hasta la eternidad. .Cuán enorme ha sido mi sorpresa que he cogido el libro como si tuviera en su interior páginas de uranio enriquecido, y he comprobado que solo existían diálogos muy inspirados, una exuberancia de paisajes, vibrantes torsiones, humor continuo, que reconfortaba y no parabas de sonreír. Igual exagero.
Está verdaderamente bien, al punto que la cojo, leo unas páginas y al rato, al de unas horas o días le pego  otro vistazo.
No sabía yo que manejaba tan bien la narración en primera  persona y que hiciera frases tan largas y bien hechas. No solo está bien contado sino también bien escrito, se ve que  seguí una espontaneidad encauzada según fluía, cierta desfachatez controlada como el absurdo y la burla, muchos personajes, golpes  de sentido.
No hay el mínimo indicio de querer hacer algo serio, construir la estructura novelesca conforme a canon, y terminar la maqueta. Es muy  fresca, trepidante, irónica, guiños hasta a uno mismo, con constantes ondulaciones, y siempre son primeras personas que escriben muy bien, tíos cachondos.
Frecuento tanto Otto para relajarme y divertirme que he descubierto después de mucha visita que está escrita como  "El diario del abogado mundano"   Y yo que he creído durante 20 años que había cometido un crimen de lesa humanidad.. He mirado la otra novela, dos líneas y he salido espantado

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