Nada que dañe la vista ni ultraje la sensibilidad
En un asueto derivado del principal asueto
Era como una piscifactoría de colores
La verdad es que nos reímos mucho, hay siempre mucha burla, vacile como si fuera un concurso, gestos copiados, palabras puestas a circular como norias, imitaciones, pero también observaciones intelectuales
No cabe menos que referirme a muestro asueto aristocrático
en las tierras del sur. Terminantemente y desde el comienzo se lo contraindico
a quien no disponga de billetaje o divisas. No son estancias subsidiadas, a lo
más, si perteneces a la organización, en nuestro caso en EE.UU. puedes ser
notablemente beneficiado. Beneficio que no se extiende a la constelación de
grandes restaurantes de altísimo nivel y precios, ni actividades anexas. Los
niños a los que les ha dado por el tenis, iban a las mañanas a la escuela de
tenis.
Es un reino paradisíaco con legiones de empleados, tienen
550 que llegan a 700 en las temporadas altas, que no paran de sonreír y
saludar, sin ser serviles sino simpáticos y educados. El campo de golf trepa
por el monte hasta muy alto, donde ya aparece el pino y su olor resinoso
característico. El Abama es un importante enclave botánico, dada la variedad,
cuidado y disposición de árboles, plantas y flores. Un estallido de naturaleza. De la terraza de la
habitación preservada de cualquier mirada, teníamos a nuestros pies el campo de
golf, las bonitas terrazas de plátanos, de un verdor intenso y geométrico, que dibujaban
los límites del océano con La Gomera al fondo, cuando salió, que fue el último
día.
El jueves a la mañana me llamó mi amigo Rafa, que ya me había hecho
el prólogo de mi libro de viaje por el Sáhara y Marruecos. Hace un recorrido por mis cuatro libros del Sáhara
y luego, como me dijo, fija sus propias tesis sobre el tema. Así debe hacerse porque se enriquece el libro al
ofrecer una visión distinta. Por tanto se produce contraste, se suma. El profesor
de universidad está muy presente en el prólogo, que firma como economista,
sociólogo y experto en el Magreb.
Seguía viendo desenvolverse las primeras horas de la mañana
desde mi terraza al océano, cuando recibí otra llamada de Las Palmas, esta vez
era Manolo, me contó cosas de su tesis doctoral
sobre el Sáhara y un incidente con un periodista afanador.
Si estas llamadas fueron muy bien recibidas, ayer antes de
regresar a la boda para la que han venido mis hijos, en el desayuno –yo ante
la plétora me tomo un croasan de Guía de
Isora (no había riesgo de equivocarse) y café- vi a un señor advocat. Respiré
tranquilo, era justo uno con el que me llevaba bien, y me salió irle a saludar.
Lo normal es que me salga llevar mucha prisa.
Resulta que no me acordaba de su nombre, no había manera. Al desgaste de la memoria se añade la lejanía
estratosférica de aquel mundo. En un primer momento creí que nunca me saldría el nombre,
de vuelta para la boda de los niños lo recordé.
Mi hija aprovechó para entrevistarse con una de las jefas.
Es mexican. Como yo tuve tratos con los trabajadores de la zona, le pregunto
por cuántos trabajadores canarios hay, porque apenas
se escucha su acento. No hace ninguna distinción, probablemente ni ha entendido
la pregunta. Contesta que los hay de 60 nacionalidades . Y eso que impulsan programas
de solidaridad y ayuda en la zona del sur donde están.
Es una alegría ver como lo que yo creía antiguo, regresivo,
restos de modos de producción en trance de superación, ese mundo de ideas cerradas, feas y sin ningún valor moral, cultural e intelectual, que ya entonces (décadas atrás) detectaba , ahora me sea confirmado tan rotundamente. Esto es la globalización, el progreso, el multiculturalismo, la
sociedad abierta y en desarrollo tenaz, que como dice Pinker va erradicando con cifras objetivas la pobreza: 138.000 personas al día. No se trata de los acostumbrados lloros y victimismo de los más pobres de espíritu sino de datos, indicadores, cifras..
¡Cómo no va a ser posible contabilizar y establecerlo!
Pero estamos más acostumbrados a la queja, el lloro, la autocompasión...
¡Cómo no va a ser posible contabilizar y establecerlo!
Pero estamos más acostumbrados a la queja, el lloro, la autocompasión...
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