Ahora
en Sevilla, Triana, próxima estación Tenerife.
Última parada. Viaje en red, mi hermano en el Cantábrico, XY y su
hermana en Sevilla, no hemos coincidido, pero hemos estado todos en red, y yo tras África en Cádiz y Sanlúcar
con Rosana.
Hubo un
dato inicial, predeterminante, mi punto de atraque debía de ser Sanlúcar de
Barrameda. Cádiz sólo lugar de paso, de tránsito o cabeza de playa para
desembarcar en Sanlúcar. Campamento base, recluta de sherpas, y resulta que así ha sido. Ayer gran día en Al
Ándalus. Como se previno en un primer momento. En Cádiz todo
depende de lo que tú propongas y hagas, o dirigimos o bostezamos –no es una
ecuación, desgraciadamente, tan difícil
de darse- lo que no ocurre en Sanlúcar, ya
que no es ámbito de comparseros y comitivas, sino que, a estas alturas ¡estaría
bueno!, de elementos curiosos, graciosos,
divertidos, verdaderamente ilustrados, amables y generosos, que no nos dejaron
pagar la comida en el vasquito o
vazquito, y luego fuimos a su colonia a la afueras de Sanlúcar con piscinas y
una gran tertulia. Fuera, coches de alta gama como el que nos devolvió a Cádiz.
La tarde del golfo de Cádiz era tan amable y acogedora, que el firmamento,
discreto, no nos desvió con colores de fiesta exaltados de estética que nos pudieran
sustraer al gozo del contacto humano, tan sorprendente por inusual.
Los
amigos de Rosana (los históricos) no defraudaron en absoluto. Un ingeniero
industrial teniente de navío catalán, que había trabajado en Bilbao, un
arqueólogo de universidad muy reputado, una profesora de matemáticas, una
escocesa andalusí, una niña arquitecta que está haciendo el proyecto de fin de
carrera, un gratísimo pariente de Edmundo de Ory. De qué le conoces, lees, me
dijeron. Nos trajeron por el puente nuevo de Cádiz, otra amabilidad. Les hizo gracia que dijera de
mi hijo que “malencontró” a una antigua novia y que “biencasó” después. M. uno
de los grandes amigos de Rosana,
profesor universitario de derecho que ha hecho su tesis doctoral sobre
el vino de manzanilla. “Pero sí eso es historia, sociología, cante jondo pero
no derecho”, y me asentía. Los dinamiteros del Derecho no me conturban.
Este
sujeto –yo estuve educado, simpático, con algunos brotes de barra de bar
(hombre si no…)- le dijo a Rosana que yo era "personajón" y que no podía faltar
en próximos eventos sanluqueños. Allí iremos, a no dudarlo. No pescados al
arrastre o almadraba sino plateados y sin parar de colear, aunque un poco
tintados rouge.
No hay comentarios:
Publicar un comentario