domingo, julio 16, 2017

En el cumpleaños de J Sicilia

Fuimos en taxi hasta Valle Guerra. Como conozco muy poca isla, descubrí que  está muy poblada. Comenté,  ¿esto no os recuerda a las afueras de Los Ángeles? No lejos del mar estaba el jardín. J Sicilia es muy amigo de Fer, pero trabaja muchísimo y ha criado a tres hijos. Vino hace unos meses a verme a Los Reunidos. Después de tantos años sin vernos, como el primer día, igual que con ella, la francesa. Siempre hubo mucho afecto y simpatía.
Conocí a un exviconsejero (ex jefe de Fer), ingeniero y ex diputado del Congreso. Él y su mujer (muy encantadora) son del PP, gente muy normal. Yo solo aspiró ya a la sensatez y el sentido común, inmersos como estamos en el volcán político de delirios escupidos con fuego y estruendo, hedor a azufre y la saturación de un  ambiente que hierve.
Dijeron que yo era abogado –menos mal que ahora prevalecen mis nuevas condiciones-, yo dije que en absoluto, que lo fui, pero que ya no tengo nada que ver, y me contesta ella, eso siempre se es. No es mi caso. Yo he sido mil veces más de izquierda y también abertzale, ni se puede comparar, y ahora soy ex abertzale y ex izquierdista. Si esos anclajes muchísimo más intensos -gracias a los cuales soy ahora columnista por ejemplo-, por no recordar ninguno más, forman parte del pasado, con mucho más motivo, abogado. No se puede comparar. En los dos casos el tiempo que lo fui, lo era de manera ferviente, convencido, sin reservas mentales, lo que no ocurría en absoluto con mi exprofesión  salvo en ráfagas de intentar que  fuera algo natural. Solo hay una semejanza, que es la salida, rebotado, de esas ciénagas.
Rosita me ha prohibido viajar solo a Marruecos, según ella me pongo a hablar con la gente sin límite, bebo, puedo ponerme a invitar y paso a ser presa fácil, como en USA. ¿En USA qué hice?  Cuando te dio por aquel salvadoreño en un supermercado de San Francisco que te llegó a contar que en un hotel de enfrente se acostaba de novio con  su mujer, y no había manera que le dejases. Tú y yo bebiendo perdemos los papeles. Contesto, yo en muy contadas ocasiones. Tienes que ir con Fer.  Pero si no quiere. Sí, va ir contigo pero tenéis que ir más días. Vale, pero yo la semana del 15 he quedado con mi pandilla de Cádiz.
Mi idea era ir a Tánger desde Algeciras, quedarme en el hotel Rembrandt, ir a la noche al mejor hotel  (Minzah) en busca de personajes, vividores, sablistas, náufragos, gente con biografía y al día siguiente alquilar un coche y llegar a Alcazarquivir, límite del antiguo Protectorado español, que es de lo que más leo y del Congo. ¿Por qué del Congo? pues por una sencilla razón, porque son los libros de África que encuentro. Luego de regreso pararía  en Larache y visitaría las tumbas de Juan Goytisolo y Jean Genet, dos escritores superiores  y personajes transgresores, trasterrados, trásfugas, excéntricos, periféricos. Literatura y vida.  Luego Ashila.  Y Tánger. Fer no la conoce y allí iba su padre cuando fue interventor del Protectorado


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