jueves, noviembre 05, 2015

Días completamente imprevistos y únicos



Pasé unos días completamente imprevistos y únicos. Fue una experiencia muy interesante para mí. Debió ser como cuando tienes un accidente o estás a punto de morir y ves pasar toda la vida ante tus ojos. En realidad está analogía no está muy bien cogida, porque lejos de ser un mero espaectador fui un orfebre que fue modelando esa vida con el hecho de contarla, pues de eso se trató. No pasó mi vida ante mí sino que yo se la llevé a un selecto grupo de amigos. Fue un hervor que sobrepasaba los límites del recipiente que contenía el líquido en ebullición. Salió solo y cada vez iba a a más. Luego puse fotos familiares y de allegados, hasta hice algo de sociología con alguna foto.

Todos mis apellido vascos me hacen una persona carente de genealogía, no tengo la más mínima curiosidad por conocer de cuantos valles distintos eran mis antepaasados campesinos, que serían de muchos. Una plaga de vascos rurales. Dos generaciones arriba se acaba mi genealogía. Hay un lizundia muy ilustre como fue el alcalde de La Habana, y no sé si gobernador de Cuba, el marqués del Real Agrado, que no tiene nada que ver conmigo, porque fue una rama que se degajó hace siglos y se fue América. Yo provengo de los que se quedaron en los caseríos. Aunque me libré de continuar, porque mis dos abuelos fueron segundones, si llegan a ser mayorazgos igual seguiría en el caserío. Bueno no, antes se hubieran quedado mis primos. Resulta que había muchos más lizundias en América que en el Bilbao de mi mocedad, que solo éramos mi familia y uno o dos más. Cuando decía mi apellido era relativamente fácil que supieran de mi familia. Tan menguado era el apellido, que, como digo, resulta no lo era en América. Como me dijo mi hijo no sé si referido a Argentina o Colombia. " es de esos apellidos vascos que se extinguieron en España y Francia pero perduran en América"-
He dedicado estos días del puente, guiado por mi afán de incordiar y subvertir cualquier orden, a infiltrame en el guasp de mis amigos, con lo que llamaba wikileaks. Primer reto, que mis textos rompieran el formato por la longitud, verdaderos relatos. Siempre decía que mi familia daba para una línea, si llegaba. Hasta que me puse a escribir, además podía haber seguido durante meses, eran caminos que se bifurcaban uno tras otro, como creo que se llama una obra de Borges. Rexie es la que me invita al guasap, la compinche que los filtra, toda vez no soy miembro de pleno derecho. Hice no sé cuantas entregas, y lo hacía encantado, me divertía. Empecé también a mandar fotos antiguas. No estaba dando un repaso a mi familia, pues ahí iban las fotos. Eran de verdad. Rexie se lo ha mandado a mi hermano, y se han dado en llamar mis memorias. Mi hermano me informa jocundo que se ha divertido, y el abismo que separa a las fotos de la narración. Según las fotos somos una familia muy bien avenida, pero que mi padre era un indomable. Me dice, si te das cuenta- evidentemente no me había dado- tu padre no mira una sola vez a la cámara, le da exactamente igual. Es una caricatura la que haces de tu familia, que  a base de trazos gruesos la vas describiendo, no lejos del esperpento. Me he acordado de alguna cosa importante, que no he contado. Me ha gustado hacer una suerte de memorias fugaces en un medio así. Justo para lo que dan. Un relato entre amigos al calor del fuego en una cabaña en el monte, con Jägermeister.
Por suerte, no quedó nada pendiente con mi familia, con nadie. Al no ser del todo convencional, creo que determinó que la vida fuera mucho más intensa y con mayor aprovechamiento de los placeres de ella e incluso de su sin sentido. Yo mismo soy el producto natural de ella. Salí exactamente como debí salir, aunque creo puse mi granito de arena. En las bifurcaciones del camino siempre intuí el mejor.






1 comentario:

NAL dijo...

Magnificos Wikileaks, divertidos y muy bien escritos.