domingo, mayo 17, 2015

Hoy con Espy en la Universidad de Pensilvania

Teníamos que haber estado allí, esta semana me arrepentí, aunque por otro  lado me vino muy bien quedarme.
Hoy domingo es la graduación en Filadelfia y ayer llegaron de Washington mis hijos (S. el viernes de Sierra Leona) y Borja, amigo de E del colegio mayor, piso y presentador del sangeet de su boda, que  está  por trabajo en EE.UU. y coincidió con E hace unos meses en Bogotá. No se dejó atracar de madrugada,  iba solo y borracho por esa ciudad incierta, aunque recibiera una buena tunda. A este no lo podemos llevar al operativo del puerto de Baltimore, porque igual se tuercen las cosas y cometemos una carnicería.
La foto es de ayer en Filadelfia E, Borja, Espy, Fer y Rosita, en los previos a la graduación de Espy en la  Universidad de Pensilvania, una de las 8 de la IVY League (la elite).
Espero que lo que tenga  en la mano Fer no sea droga, y que haya mirado la legislación del Estado de Pensilvania. Ya me explicó  que en California con receta médica (desánimo, un trauma infantil impreciso, un abuelo alcohólico, fobia al puritanismo y la restricción…)  puedes meterte lo que quieras, pero cómo no lo tengas vas a chirona.
Nuestra Espy ha hecho un master  y si saca buenas notas se queda en la universidad de Pensilvania en 2º de derecho americano. Son 3 para ser abogada USA. Ella lista y rápida se colegió de abogada en el de Tenerife.
Este verano va ir a hacer prácticas con un juez a la Corte de Filadelfia, y ya se ha hecho amiga de los policías de la puerta, no los de asuntos internos u homicidios. Es imposible no transmitir un poco de herencia a los hijos.
E, ya nos ha informado que toda vez  Espy interviene en el acto solemne de graduación, y dicurseará durante tres minutos, ha decidido aplicarse un chupito. Mientras su padre no le pase droga…                  Qué pena más grande no estar en el acto de Filadelfia con nuestra Esperancita y cortejo. Hubiéramos sido ya en el acto posterior del refrigerio de los más simpáticos de todos, bastante  más que academicistas.
Quien está discurseando es Espy
Hasta que ayer no se levantó XY y me dijo muy divertida que cómo la gente era capaz de dar la mano no a un relaciones públicas  de verdad sino a un  borracho, no me acordé del sucedido. El líder había echado dos horas de siesta y “se había levantado mal”. Pobre chico. El “síndrome Cádiz” nuevamente en boga, por el que los quebrantos y  amenazas a la salud proceden sorprendentemente de paliativos, cuidados, tisanitas, moderación, recato, “toda prudencia es poca”… el caso que pedimos dos botellines de vino para tres, que sobró. Yo en casa, que estaba Juliane, ya me había pimplado cervezas y vino, retomé la cerveza para volver a pasar al vino. Luego un chupóptero, gin tonic y en el Cinemáscopas cervezas. Salí como el Marqués sale  siempre: trastabillando.


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