La tertulia Macaronésica también tiene un sobrenombre: El barranco de Lizundia. Allí este zoólogo estudia y clasifica especies. Tiene un método inductivo como el de Bacon, primero examina tu formación académica, luego te pregunta qué estás leyendo, luego se interesa por tu forma de argumentar, provoca y ataca, etc… En un mundo en el que todos te preguntan dónde vives, o en qué trabajas para saber cuánto ganas y clasificarte en el ranking materialista en el que nos movemos, la pregunta de Lizundia: “¿qué estás leyendo?” es cómo un chorro de aire fresco, no cualquier alisio semitemplado, sino un fuerte viento del norte que te recorre desde la coronilla hasta los pies y te renueva. Esta pregunta es la prueba palpable de su interés taxonómico. Lo mismo que tú ordenas libros en tu biblioteca por temas, tamaño o interés, Lizundia clasifica tertulianos según sus parámetros más o menos subjetivos pero no exentos de método baconiano.
Lizundia criticó a Juan Pedro por llevarnos a su barranco mediante la lectura del Novum Organum pero él aplica este mismo método en su otro barranco, con sus preguntas y provocaciones. Lo mismo que el zoólogo pincha con una aguja al bicho para analizar sus fluidos, Lizundia te ataca o te provoca. Y no te puedes molestar ya que ni el mismo se cree lo que dice. ¿Cómo va a creer en algo un vasco formado en los Jesuitas que no cree en Dios? Un vasco jesuítico que no cree en Dios no cree en nada, a los sumo en el vino, la buena mesa y poco más. Lizundia no necesita leerse el libro, él va a la tertulia a clasificar y a provocar, además su cultura se lo permite. No necesita leerse el libro porque no le interesa lo más mínimo lo que dices sino lo que revelan de ti tus palabras. Y se lo pasa en grande clasificando especies, con un goce a veces contagioso.
Lizundia también acusó a Juan Pedro de referir cualquier tema que se suscita en la tertulia (del Barranco de Lizundia o Macaronésica) a sus interés en dar soluciones a la crisis de complejidad. Sin embargo la actitud del zoólogo de tertulianos no es muy distinta de la que critica, todo lo hace girar en torno a sus intereses sistematizadores y clasificatorios. En cualquier caso, a pesar de la comparación, quiero dejar claro que siempre son mejores las condiciones ambientales del Barranco de Lizundia (nada menos que la interpretación musical de Victor y El Oliver) que las de los pobres estudiantes de Juan Pedro: cuatro piedras y un muro para sentarse. Ya sea como ser vivo, especie o persona es preferible habitar en el barranco de Lizundia que en el barraco de Santos.
En la antigua Roma cuando se alumbraba un nuevo niño el supuesto padre tenía la potestad de levantarlo o de dejarlo postrado. Si lo levantaba, se le daba un nombre y comenzaba su vida biológica junto a su vida en la comunidad. Las especies existen sin que el zoólogo las bautice y clasifique pero no existen para la comunidad de estudiosos hasta que no tienen un nombre. El viernes pasado nació una nueva especie: el ministro canario. Vive en el barraco de Lizundia, junto a exdoctor Harris, la filósofa alemana y otras especies. Me alegra mucho haber alcanzado el estatus de especie en la comunidad del barranco. Nos veremos en octubre, si Dios quiere. Un saludo, Andrés.
*Andrés Conesa es muy sencillo, ya que me relaciona con los jesuitas (no creo que estos se dejaran relacionar conmigo) él podía ser un franciscano por su acerva humildad. El típico que se quita importancia. Cuando le dices que fue ministro o casi, se muestra con un ánimo e importancia de conserje o subalterno. Lo opuesto a un sindicalista. Si le dices que es el típico de ciencias humanista, se desmarca alardeando de inculto, como si fuera una carrera.
Lo cierto que el Ministro es economista, que tocó techo en la gobernanza y tiene un master en humanidades por Lovaina. Es muy docto.
*Andrés Conesa es muy sencillo, ya que me relaciona con los jesuitas (no creo que estos se dejaran relacionar conmigo) él podía ser un franciscano por su acerva humildad. El típico que se quita importancia. Cuando le dices que fue ministro o casi, se muestra con un ánimo e importancia de conserje o subalterno. Lo opuesto a un sindicalista. Si le dices que es el típico de ciencias humanista, se desmarca alardeando de inculto, como si fuera una carrera.
Lo cierto que el Ministro es economista, que tocó techo en la gobernanza y tiene un master en humanidades por Lovaina. Es muy docto.
2 comentarios:
1
muy bueno Andrés y has sido muy moderado con Lizundia
y
bienvenido al zoológico del vasco, a su imaginarium particular, ajajajajajajajajaajajajaj
2
ya me imaginaba que tenía que ser blood and belonguing
a encargarlo pq no está en ninguna biblioteca de la red BICA
salu2
EDH
Linzundia, creo que describes muy bien a Conesa, sobre todo su humildad franciscana. Enhorabuena por tus retratos costumbristas.
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