Colgué 2 post más abajo la repercusión de mi último libro en
Marruecos y más allá, en inglés y francés, y seguro que ha salido en papel, por ejemplo en Le
Matin. En Marruecos hay prensa en francés. Esperemos que dé aún más de sí el
libro.
El viernes que fui a recoger La Democracia en América de Alexis de Tocqueville, no pude
sustraerme a la tentación de comprarme
dos voluminosos libros del protectorado español de Marruecos. Cuando se me fue
la mano, supe que recibía órdenes de mi corazón que no podía desautorizar. Me sigue interesando el tema, pero
debe esperar, voy a ir colocando los libros para leer sobre el Magreb en lugar
aparte. Establecer vínculos afectivos y cognitivos –no hay conocimiento sin
amor- con fuera de España, aunque
son muy recientes y jamás antes pensados,
compensan mi incomodidad en el propio país. Es una honda satisfacción.
No sé si tendré algo más que escribir, hasta que no me ponga
no lo sabré. Cuando escribí el primero,
tampoco sabía si continuaría, pero seguía comprando libros –normalmente cuando
toco algún tema lo cierro para siempre- y eso era un indicio. Uno no decide
prácticamente nada, uno es “decidido”. Las instancias decisorias, rindiendo
homenaje a Freud, son el “Ello” y el “superyó”, el “yo” se limita a
firmar.
El asunto de la literatura canaria, me tiene ahora atrapado.
Es el mismo esquema: identificar un discurso y sus puntos nodales, y analizar
la validez de algunas de sus proposiciones. Puede ocurrir que también haya
cosas a las que no se ha prestado la más mínima atención –los discursos, los
cánones, las culturas, las autoridades son así-, siendo dignas de relevancia. Entonces y solo entonces cuando está
justificado el trabajo. Cuando hay aportes, evidentemente sin ser filólogo ni
crítico ni nada, mucha más libertad y
ángulos tienes, sin profanar ningún terreno de nadie.
Parto de unas ideas
claras que antes fueron intuiciones, pero quiero conocer tanto
como corroborar, por lo que me veo como si estuviera estudiando, cuando a mí
los conocimientos reglados y normativos no me gustan nada, cosa distinta es el saber. Por tanto
resulta muy arduo. Y es a consta de otras cosas
He descubierto a
Roberto A. Cabrera , con A, leo por catas
de nivel o sea que toco todas las generaciones y este creo que es el mejor
que he leído. ¡Cuánta solidez!
Ayer noche en el
claustro del Museo de Ciencias naturales, una maravilla, los 4 solos. El bar a cargo de un mexican, me lo presenta mi hermano, me
dice la nacionalidad y regreso raudo. Y
Parra
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