Miembro de número (oficial ya) de la Real Sociedad Económica. Hoy he
recibido la carta oficial, sobre y cartilla acorde con la entidad.
Próxima la presentación de El Sáhara, perspectiva de revisión, que habrá que leerse este fin
de semana para el martes en el casino presentación, el libro está de cuerpo
presente en la calle Serrano, Moncloa, algún otro sitio de Madrid y por toda
Andalucía al menos. Gracias a todostuslibros
puedes tener un control somero. No veía movimiento hasta hace nada.
Ahora resulta que el Sáhara me pilla lejos, aunque supongo que regresaré, la búsqueda es un
placer: lo que se mueve interiormente y encontrar ideas que luego se
desarrollan casi solas. Lo más incitante es recorrer caminos no hollados: el valor neto de la aportación. Lo diré siempre: el
tener que decir. Como hacía algún joven analista político que se estrenaba esta semana
en una gran tribuna nacional.
Otro lejano cercano es el que ocupa hoy la última página del
diario socialdemócrata, alguien que se alejó de todo el abanico de
posibilidades (una ortodoxia a cuchillo
y dos o tres heterodoxias más tarde corales) que se cocían en los veranos en la
costa vasca. Este salió por donde nadie salió: las ONG prestigiosas y los sitios
de máximo riesgo, así décadas. Evidentemente yo
casi ni le traté –un poco más joven que yo -, sí al resto de la
parentela, aunque a mi estilo, no
auspiciado por las afinidades electivas. Las ínfimas heterodoxias se convirtieron como
la cocina de fusión en ortodoxias. Siempre en el gobierno de Vitoria
(nacionalista /socialista) y en la calle ni digamos: Estilo Berlín. Aquí por ejemplo, en la ínsula que decía el
majorero Unamuno, la airada calle popular
es el gran dato antropológico, la mayoría –¡y algunos se consideran disidentes!-,
el ethos. El magma ecopacifista antiportuario,
anti tendidos eléctricos. Ese magma es el ethos. Otra cosa es que luego se vote nacionalista. Se le reconoce por la indigencia discursiva y el
balandronismo moral. De modo que te encuentras
con un ingeniero industrial y no paras de besarle. Hoy es Kant.
MI ALTAR FEMENINO
Belén Rueda, Esther Arroyo y la infanta Cristina, por ese
orden
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