El jueves cometí un acto inaudito, asistir a una conferencia coloquio en la cota de los 600 metros, se celebraba a las 19. Verme en la calle a esas horas tan inhóspitas y en la cota 600 me pareció algo inusitado, como viajar haciendo autostop a un país que no conociera, exótico y festivo, al poco salió un poco el sol, como siempre tan reverencial. En la época que perdía el tiempo yendo a presentaciones que nada me interesaban, como todos, por influjo del gregarismo medioambiental, siempre llegaba tarde a propósito con el objetivo de tragarme lo mínimo posible.
Esta vez llegué pronto, y conocí a una hija de este gran héroe que fue el Embajador español durante parte de la II Guerra Mundia en Budapest Ángel Sanz Briz, al que se le compara con Schindler, sin mucho motivo, aunque salvo a más de 5.000 judíos en Budapest de una muerte segura por los nazis.
En el museo al holocausto de Yad Vashem de Jerusalen recuerdo ver el árbol plantado en homenaje a su labor, en el bosque de "Justos entre las naciones", muy emocionante. A los tres nos salieron las lágrimas en el Museo. No lo sabía la hija, solo que tenía una placa y contó que Israel les había buscado a la familia para darles cuenta de la distinción. No me pelee con nadie porque nadie me dio motivos.
Luego bajé raudo por la autopista porque XY estaba con unas amigas de larga sobremesa en Los Reunidos, asistí y tuve una conversación de mujeres que son las que más me gustan, hijos y tal, como mi madre. siempre más variadas y poliédricas que la de los tíos, más de detalle, de visión próxima, mas literarias y artísticas, más sabias de vida, sin necias ortopedias y geometrismo de tíos. Que son unos Einstein, Goethe y Plutarco si comparamos con esas feministas de diario de televisión incultas, sin experiencia de nada, ni grandes contribuciones a la humanidad, conozco casos absolutamente grotescos, que una vez glosé en prensa con compasión.
PUES SÍ, EN CONTRA DE LO QUE DECÍA EN LA ANTERIOR ENTRADA CONSERVO ESOS "VIEJOS TOPOS", COMPAÑEROS DE JUVENTUD, CONTRACULTURA., INTELECTUALISMO Y REVOLUCIÓN. Cuando tenía sesudos debates para defender a Jomeini triunfante. Sí, lo admita, odiaba el mundo. Tenía poca vida, pocos mundos de contacto y proyección, e insuficientes y parciales lecturas. Aunque comparado con un sindicalista, era un premio nobel. Conocía algún submundo pero mucho más incitantes.
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