domingo, marzo 15, 2015

Últimos libros


A Bilbao llevé un solo libro, pensaba comprar allí, que fue La filosofía judía, una guía para la  vida de Hilary Putnam. Trata de filósofos judíos de la talla de Martin Buber,  Franz Rosenzweig y Levinas. La ética del S. XX  ha sido judía, Pero también sale un judío cristianizado dos generaciones antes y austriaco. Es Wittgenstein, que termina en Cambridge.

Hay una frase de Wittgenstein –los tratados filosóficos  pueden acotarse en breves proposiciones- que dice que  la tarea  de la filosofía es pasar de la no evidencia del sinsentido a su evidencia. Es genial. Pero hay otra frase mejor o parecida, la  filosofía toma  el mundo como caso.

Una vez en Bilbao me hice con varios libros y dos sobre judíos. Los judíos del gran filósofo (bilbaíno) Jesús Mosterín, que abunda en temas del judaísmo antiguo y moderno y en la filosofía. Mi curiosidad por la idea de inmortalidad del alma en el judaísmo ha sido algo ilustrada, ahora sé que no existe la más mínima referencia a ella en la Torá o Pentateuco.
Tanto la idea de ángeles con su jerarquía,  como demonios, resurrección, inmortalidad y juicio final provienen del mazdeísmo persa, de donde pasaron al judaísmo, cristianismo e Islam.
Así como los saduceos que eran la nobleza y el clero helenizados, no creían en ello, sí los fariseos que pertenecían a  las clases populares, de quienes surgiría el judaísmo rabínico.

Los hermanos Oppermann de Lion Feuchtwangwer

 ¿Qué es un dispositivo? de Giorgio Agamben
Compre hace unos años un libro de él y lo tuve que dejar por árido y difícil, este remite a Foucault y a Derrida, y como fueron autores (posmodernos) de mi devoción ha resultado fácil deglutirlo.
Leí que Monedero, SA lo citaba. Sigo escribiendo sobre sindicalismo  (mi trilogía) y he observado lo que se escribe sobre el tema. A  nivel intelectual,  político, sociológico y cultural, directamente no existe. He mirado internet también  y si quitas a argentinos (siempre a su bola y peronismo molecular) no hay nada, salvo historias del sindicalismo en la Sierra de Gredos o Calatayud. Me interesa su deslocalización –aparte de un caso muy concreto- y marginalidad imparables, no ya por vía judicial y escándalos, sino por la quiebra de su nicho ecológico, histórico y cultural en el sentido más amplio y denso. Son los momentos históricos de clausura en los que aparecen los pequeños  personajes burocráticos con sus oportunidades y teatralidad. Y simetría. Cuando los saltimbanquis toman la pista.
Diarios de la revolución de 1917, de Marina Tsvietáieva
No lo he empezado, pero no he traicionado a los rusos ni la época soviética.
A Izquierda y derecha de Joseph Roth tampoco he llegado. Si como novelista es sublime, me deslumbró su periodismo literario, sus reportajes.


1 comentario:

Jesús M. Pérez dijo...

Vaya, ahora me entero que el uso y abuso del término "dispositivo" por parte de Pablemos viene de ahí.