Estaba hablando con Joseba en el piscolabis que se ofrecía de noche en el parque del edificio central de Georgetown (construido en el año de gracia revolucionaria de 1789), cuando me sentí arrebatado por lo que parecían efluvios de rabinismo profético que expandiera el ánima oculta del Potomac, y que ascendían por sus dos orillas (Virginia y el Distrito de Columbia), dejándome embargar por un estado casi febril.
-Dentro de 150 años, cuando se acuda a desentrañar la forma de vida de esta época y se trate de establecer la cultura de ahora en su sentido profundo y vívido, como mundo de representaciones, convenciones, símbolos o imaginario de una época, que representen el sentir, las emociones, preocupaciones o inquietudes ante la vida inmediata y cotidiana de nosotros – a lo que se dedicaba el historicismo- habrá que acudir no a Pablo Milanés, Sabina o Almodóvar, sino a las series norteamericanas de televisión.
Preocupaciones, anhelos, defensas (de la ironía a la desacralización y burla personal), estrategias, inquietudes frente a nuevas opciones de vida, al margen en muchísimos caos de la creación de la familia tradicional, los problemas que acompañan a disponer de tanta autonomía individual hoy (lejos del teocratismo islámico), las nuevas relaciones de pareja, sexuales, de amistades o profesionales, la conciencia profunda y lúcida de la vida actual, son las que radiografían los guionistas de televisión norteamericanos, y no afortunadamente Francia. Esa tontería de falsa bipolarización cultural que representan Francia (y Argentina) y la potencia del provincianismo que es Cataluña...
Joseba, nadie va a indagar en Gaza, si no como sala de torturas (físicas y contra la esencia de la libertad humana) ni en ninguno de los productos españoles que representan la mala imitación, o ¡como no! los principios que como altivos y eternos hidalgos siempre encarnan en este país al españolito cómico, que se siente moralmente superior e intelectualmente muy muy despierto.
La gente se siente reflejada en todo lo que produce EE.UU, no en los torpes remedos. Los guionistas de las series americanas, de Friends, Sexo en Nueva York; Anatomía de Grey y tantas otras acumulan talento, ironía, chispa, desenfado y filosofía de vida, al retratar a un tipo de gente pujante y una época, que constituye la radiografía del vector más lúcido y analítico de las vanguardias culturales y sociales del ethos epocal. Nosotros, (Europa, el mundo) los imitamos a rabiar, desvergonzadamente pese a las cremas y rayos uva de Hamas o resistencias heroicas saharauis
Pero los españolitos están necesitados de grandes construcciones morales y de principios (conforme a su capacidad) y crean el hondo pálpito anti imperialista o flotillas a Gaza. O Cuéntame.
¡Qué no hubieran hecho los españolitos cómicos de hoy con Hernán Cortés!
1 comentario:
Ese fotograma me suena.
Corresponde al último episodio de la primera temporada de House. La actriz de la derecha es Carmen Electra.
A House le toca sustituir un profesor en clase de medicina y les cuenta tres casos a los alumnos. Sólo al final del episodio descubrimos que uno de los tres pacientes es el mismo. Y tras toda una temporada nos enteramos por fin de la historia de su pierna.
Carmen Electra aparece porque mientras cuenta las historias de los pacientes dice algo así como "tengo derecho a imaginarlos como yo quiera".
El capítulo recibió un premio por el guión.
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