Desde Locke el derecho a la libertad, la propiedad, la libre expresión, a no ser molestado ni perturbado en la autonomía personal configuró lo que se ha conocido como libertades negativas: que no te prohíban, que te dejen hacer, que no te limiten en los derechos fundamentales. Es una distinción básica, así los derechos o libertades positivas son las republicanas –que no tiene que ver con la república española de Stalin /Hitler- sino con la ocupación y participación en el espacio público que simboliza la polis griega.
El islam, incluso para los que por fortuna aún permanecemos fuera de su égida, es la más impresionante fortaleza de coacción e imposición que existe, de poder absoluto que va desmontando todo aquello, esté donde esté, que le pueda incomodar. Su jurisdicción es universal, tan universal que no es preciso ser devoto de esa piedad, ni siquiera ser un súbdito de sus territorios de férreo e implacable gobierno para caer bajo su férula y ser sujeto pasivo de aplicación de la ley coránica o las costumbres anexas recopiladas. Su umbral de tolerancia a la molestia o la ofensa es practicamente nulo. No juega con ellos los usos, costumbres, conductas públicas pero también privadas comparados, ese nomos internacional de permisividad y tolerancia, de distinción entre la esfera pública y privada o social, ya que ninguna conducta puede escapar a su aprobación o amenaza. La mera disconformidad se troca de inmediato en amenaza real. No hay transiciones, intersticios, graduaciones, distinciones, esferas, medios… para el Islam no hay parangones, ni un orden mundial de derechos reconocidos ni declaraciones, ni estándares universales de tolerancia o permisividad.
La última pequeña historia del Islam es ésta.
Una vieja discoteca de Murcia tenía el nombre de La Meca desde los 80. La Meca de Murcia ha sido abierta de nuevo este verano tras algunas reformas, y la colocación de una media luna en su cúpula y unos arcos islámicos,
El islam, en esta ocasión por medio de hackers ha saturado la red con amenazas por la profanación de la discoteca (la intención, el elemento volitivo -ausente en los dueños de la discoteca- se revela como una muy decadente conquista penal de Occidente). Las amenazas esta vez no proceden ni de las atrasadas Afganistán ni Pakistán, sino que están localizados en los Emiratos árabes. Los propietarios de la discoteca, al sentirse razonablemente amenazados y absolutamente solos, sin apoyo ni defensa ni solidaridad, han acudido al poder que podía solventar tan difícil situación; ni a la Guardia Civil ni el Estado español ni Europa y sus declaraciones de derechos ni Naciones Unidas, han acudido al único poder visible: La Unión de Comunidades Islámicas de Murcia. Bueno, es una forma práctica de entender los derechos y libertades civiles en Europa hoy en día.
Parece ser que las cadenas Al Arabiya y Al Jazeera, tan capitalistas y ajenas por completo a los diferentes brazos armados y disuasorios del islam se han interesado mucho por la profanación. Seguramente concernidas, tal vez agraviadas.
Mohamed Reda al- Qady, representante del poder fáctico islámico de Murcia ha visitado La Meca con sus asustados dueños. Esta Autoridad ha realizado una concienzuda inspección por el local y ha recomendado lo siguiente con el fin –parece ser- de “quitar los motivos ofensa”.
Estas han sido las instrucciones que convienen ser seguidas:
- Retirada de la media luna sobre la cúpula del local
- Suprimir dos arcos de la entrada
- Modificación de la especie de minarete
Haya paz.
2 comentarios:
El asesinato del director de cine Van Gogh supuso una tremenda pérdida de libertad en Europa. A partir de entonces nos metimos en el carril de la autocensura del que de vez en cuando nos salimos para que nos corrijan con pequeños/grandes avisos: como peñas de moros y cristianos conminadas a cambiar sus atuendos y banderas o como las caricaturas de Mahoma.
Y mientras, los progresistas metiendo a crucifijos en el horno. El Jueves se niega a publicar las caritaturas de Mahoma pero mantiene sus secciones "Dios", "el niño dios" y sus contenidos anticatólicos.
Salu2,
EDH.
Ochocientos años tardamos en expulsarlos de la península. Ahora llevan a cabo la llamada "invasión por el útero" (parir como roedores) para reconquistar el terreno perdido. Cada vez son más numerosos los que viven en Europa. Que Dios nos coja confesados, o acabarán poniéndonos a todos a rezar mirando a la Meca. De lo cual muchos se alegrarían. ¿O no Felipe Glez.?
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