Hoy he visto al gorila venezolano vendiendo electrodomésticos, o eso he creído. Del histrión, cualquier cosa. Pero luego, a la tarde, como en el edificio funcional y soviético, al que acudo dos tardes por semana, me dejan el periódico El Mundo -no sé quién me lo deja ni porqué, pero va a mi nombre-, he visto más del australopitecus. En el peor barrio de Caracas ¡había que verlos!, el lumpen proletariat, esa base social natural del nazismo y el fascismo aclamaba al donador de electrodomésticos, que los va a regalar ¡sí, regalar! por cientos de miles para que le voten.
Era una imagen muy de las postrimerías, del fin del mundo, las masas sin nociones de nada, sumisas pero arrogantes al lado de la fuerza, hedonistas al nivel más primario (hamburguesas, videos, algo de droga, gaseosas de colores), amantes de la ociosidad, educadas en la anomia, insolaridad, el individualismo de los buscavidas (que tienen todo permitido), ajenas a cualquier moral o a algo asimilable a la responsabilidad, con instinto de mantenidas, delatoras, nihilistas, analfabetas, sedientas de amo omnipotente, chusco, desafiante, amenazador...
Era la chusma.
Por una vez diré algo a favor de la Dictadura cubana. El castrismo, hasta donde sé, nunca creo tal chusma, ni el estalinismo si quiera.
2 comentarios:
Ese gorila rojo va a llevar a Venezuela a la ruina.
¿Va a llevar a Venezuela a la ruina o ya la ha metido en ella de pleno? De todos modos, cuando un país está lleno de vagos, ya puede venir Obama que no lo sacas adelante.
Publicar un comentario