Fin de año en Washington, gran noche, divertida y muy interesante. Españoles que no lloran por haberse ido de España y menos se rasgan las vestiduras. Como si fuera una maldición bíblica y los chicos siempre hubieran de permanecer en sus lugares, tuvieran que seguir en la red gubernamental de chiringuitos o empresas productivas, tutelados por las directrices de eminentes próceres, como los que tenemos, que cuiden de ellos. Habrá que aceptar que contra lo pontificado por políticos y sindicalistas, tertulianos y victimistas en acto o potencia, pueden existir personalidades muy distintas a ellos, incluso que no tengan nada que ver con tales prototipos humanos semimecanizados y mermados, y que de natural sean de mucho más temple personal, con estudios completos y en ningún caso fraudulentos.
Al parecer existen españoles a los que les gusta vivir en el extranjero, que las experiencias de vida no estatuidas las disfruten, como conocer verdaderamente países y culturas, y no ser ceporros burdos y burros, incluso desplegar sus intereses, encontrase con gente distinta, que gusten de la vida como aventura, etc, etc., etc.,
Son cosmopolitas
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