martes, febrero 27, 2018
El Día: EL TRATADO DE PESCA MARRUECOS-UE EN RIESGO
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
martes, febrero 20, 2018
El Dia: FEMINISMO: RAZA BLANCA / CULTURA CRISTIANA
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, febrero 18, 2018
Tertulia Mákaros, Platón, plato abyecto y guasap
Primero entró mi hermano en el grupo de guasap, y ahora he ido yo, el último mohicano
Ayer tuvimos tertulia de Mákaros en el Oliver. Había formulado
alguna objeción a modo de prevención de que al ser sábado de piñata podía estar
concurrido el Club tan distinguido. Los coches aparcados en la puerta inducían
a la confirmación de la sospecha. Pero nada, nadie, una camarera, todo para
nosotros. Parecíamos la avanzadilla de
un ejército guerrillero que ante la huida de la burguesía se
entretuviera en ocupar y abusar de sus sociedades recreativas, aunque sin
violar a sus hijas y sirvientas, como han acostumbrado con ciega contumacia los insurrectos de
izquierda e invasores de derecha e izquierda. El viernes sí había habido fiesta
de Carnaval para los socios: los hijos
fantásticamente educados, con modales, idiomas y cosmopolitas de la burguesía
criolla y ganadera. Estuvo Luis II (por el orden de llegada a la tertulia y
segundo socio del Oliver), que es un aristócrata indeciso, me anotó la
distinción entre burguesía y aristocracia, sin
recapitular de que yo desde los 6
años era marxista y dominaba las clases sociales, fracciones, por ejemplo la financiera
industrial y las capas sociales que lo aprendí leyendo a Poulantzas. La "burguesía
criolla y ganadera" es una imagen, una ironía, una imputación.
El Oliver es paradisíaco, parece una mansión de
terratenientes algodoneros de Alabama con
sus columnas neoclásicas y aire europeo y rodeado de naturaleza sicalíptica.
Había decidido no leer a Platón, porque es una reliquia del
pleistoceno del pensamiento: prefería seguir leyendo a Jiménez Losantos con su
Memoria del comunismo. Quién sabrá muchísimo más: ¿él o el hijo ocioso de
agricultores áticos?
Me pedí una ensalada de pargo y gambas, que resultó asquerosa.
Iba desecada como una zona pantanosa intervenida, los elementos, todos
sospechosos, estaban plastificados a la vista y apergaminados al paladar, sin sustancia líquida que les
acompañara y les diera cierta apariencia de fertilidad seccionada y vida
natural extirpada. Ausente de una base o cubierta líquida, estaba desprovista incluso
de humedad. Podías meter un trozo de lechuga en el interior de un libro, sacarla,
y no habría huella de la página donde hubiera estado alojado esa hoja de
lechuga. El caso es que tenía hambre. Preguntaba a los demás si se podía comer
lo que estaban comiendo y como solo les interesan los alimentos espirituales,
decían que sí. Yo deje ostensiblemente casi todo el plato.
Los gustos gastronómicos, la identificación con
sabores, con familia y tierra es pura antropología y no varían en generaciones,
yo soy foráneo llevo muchas décadas de
subtropicalidad e insularidad y en lo sustancial todo sigue siendo como antes
fue.
Hay hostelería con tratos y atenciones que son onto y filogenéticos,
determinados por la indiosincrasia e idiolecto, por meter más palabras untuosas.
La camarera según su contexto y actitudes interiorizadas me
podía haber insistido como se hace tanto aquí, de si no me gusta. Incluso alguna
vez me dijeron que lo acabara. Toda esa cultura de ventorrillo, guachinche,
congelados… Este es el nivel popular más zafio. Luego cabe el disimulo: ¿le
falta algo, le traigo sal, vinagre, limón… más vino? No, tequila, una mano donde chupar y
sal.
Y por último está el de excelencia, que en estas regiones es
muy difícil/imposible que se dé: ¿quiera tomar otra cosa -reconociendo del satanismo del plato- que le
pongo? Nada de esto ocurrió, lógicamente. Porque no se cambia en lo
sustancial, ni con escuelas de cocina. En
todo este trance tan desagradable, los conjurados con el platonismo avanzaban
en sus cuitas de exégesis de Plato (en inglés), mientras que yo estaba encendido con mi plato helado, que
delataba una larga reclusión en una nevera. Doy por seguro que habían
aprovechado sobrantes de la fiesta de carnavales del día anterior. Como me
quedé con hambre quería postre, nuevamente inhibido oculté ni protesta y
censura, me mordí la lengua porque estuve a punto de decir “yo quiero un postre
siempre que sea artesanal, no de la casa”. Me pedí una tarta de manzana que tenía
un aspecto tranquilizador por industrial, parecía una ensaimada, y una bolita de helado. Sobra decir que la los
restos de ensalada tenía una temperatura real y térmica similar al helado: unos
3 ó 4 grados centígrados. Que para una ensalada no está nada mal. El helado ni lo nota. Antes en el bar le había hecho
reír mucho a la camarera, saqué mi vena a un tiempo simpática, divertida y
graciosa, pero el resto de la noche hice comentarios machistas –ya es como
autodefensa a la brutalidad de la ofensiva de esas filósofas feministas-,
hablando todo el rato de burgueses y cosas y tono inadecuado
Cuando la única camarera me iba a traer el postre del hambriento,
me vino por detrás di un manotazo al aire que hizo impacto en lo que pasó a ser
platillo volante, que planeó hasta la mesa y al suelo donde se hizo añicos; pues un plato menos. Os jodéis
y lo reponéis. Mientras mis compañeros profundizaban más y más en una
hermenéutica personalizada de autoría propia de Plato, yo me había cargado uno
con mucha satisfacción. La camarera ya había abolida toda presunta simpatía por
mí de su interior y exterior, seguro que pasé a enemigo de clase.
Les dije a los platónicos que se embriagan con cada autor
que toca, que o se iba el nuevo concesionario del bar del Oliver o nos íbamos
nosotros. Propuse un repliegue al Casino de los caballeros, honrar a Arturo
como a una madre para eliminar cualquier suspicacia y retornar alegres y
afectuosos. Pero los makarios dijeron al unísono “NO”.
Me da que pasaré a cronista gastrosófico de las tertulias.
Doy por seguro de que hablaron de Platón, solo tengo imágenes de mi admirado
Luis II de Baviera leyendo casi un libro entero del griego. Le amonesté: lo
lees porque no tienes nada que decir de tu cosecha, ¿werdad?.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
viernes, febrero 16, 2018
Antes se tienen buenas ideas que ideas
Centro Kennedy de Washington
Hoy en leído una columna próxima, no suelo hacerlo, no las
leo. La columna de proximidad que he
leído es de periodista y se le nota por el dominio y orden al escribir y
presencia que tienen en ellos la actualidad. Es buen periodista y claro,
escribe bien. Suelen abundar en la
noticia de la semana, viven en presente y en la inmediatez. Se hallan en
posesión de una perspectiva sensata, racional, lo que acepta la mayoría pero
dicho con más altura de expresión e imaginación. Era una noticia de perfidias
adolescentes, que yo ni me fijo. Lo poco que he leído conforme a mi método
diagonalista, o salta escalones, tenía razón en todo. Incluso en el remedio. No
era el caso, pero de este estilo: ¿Cómo se acabaría con la contaminación? Pues
sin contaminar. Satisface a quien lo escribe y gusta a quien lo lee, además
seguramente quería leerlo.
A raíz de esta constatación me ha salido el título de este post. En realidad es mucho más fácil tener
buenas ideas que tener ideas. Las buenas ideas son las de máxima
aceptación, las que refuerzan los estados de opinión, consensúan el mismo diagnóstico y ofrecen una terapia de
curación, imposible de llevar a la práctica
pero muy razonable y deseable. Otra idea: todo lo razonable es deseable.
A veces lo razonable, por ser solo eso puede ser estúpido, por ejemplo cuando
se aplica al dominio de la irracional, donde no funcionará.
Tener ideas es mucho más difícil porque nacen huérfanas sin
adjetivar, sin consenso previo, y pueden ser incómodas, molestas e
ininteligibles. O todo a la vez.
Quito
E. me llamó desde Quito Ecuador. Está trabajando mucho y se
tiene que recorrer todo Ecuador. Más de una semana.
¿Por cierto que tal en le Centro Kennedy?
-Muy bien, no había estado en nada igual, muy “inside”
-En el núcleo en la sociedad washingtoniana- lo organizaba
la empresa de S. para algo afroamericano- ¿no?
-Sí y estuve con un senador hablando y que le escriba
- Te preguntaron de dónde eras?
-Eso lo haces tú, que te vuelves loco con los extranjeros.
En EE.UU. no se pregunta en absoluto, y está muy mal visto hacerlo.
-Claro, la patria de lo políticamente correcto…
-Pues sí
-¿Ahí en Ecuador sí te habrán preguntado?
-Pues tampoco.
Me ha de estar mintiendo
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
martes, febrero 13, 2018
El Día: La Justicia: fortaleza de la democracia
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, febrero 11, 2018
Carta incógnita a un amigo clandestino
He leído bastantes libros de la Revolución de Octubre, el año pasado, a su centenario, al menos tres. Este es el mejor. Rastrea por autores fundamentales: Netchaev, Herzen, Blanqui, Martov, Plejanov, la creación del partido comunista francés de Souvarine, amigo de Lenin. Es con diferencia el más interesante que he leído. Se entiende el odio de los pobres progres a Jiménez Losantos. He conocido a bastantes intelectuales de izquierda, además desde muy joven. Losantos está en el nivel más alto, pero supera a todos lo demás en una cosa y es en que toca todos los palos en que debiera penetrar un intelectual que se inauguró de izquierda ,que va abriéndose a experiencias y lecturas pioneras y movimientos culturales esenciales en los que ocupa un lugar muy destacado: desde el psicoanálisis lacaniano de Oscar Masotta al arte contemporáneo participando con Grau, Broto y Rubio en muchas iniciativas vanguardistas. Su frecuentación del ambiente gay en Barcelona franquista, la clandestinidad comunista, la vanguardia otra vez contra el totalitarismo nacionalista. Ningún intelectual posee ese acervo de conocimiento pero también de vida.
Son tantos los mundos intelectuales y vitales de Losantos, unido a su inteligencia y potencia intelectual que los progres, necesariamente han de odiarlo. Empezó con ellos y se fueron a polos opuestos, a una icompatibilidad objetiva.
También he conocido demasiados progres, anodinos, ignorantes, inmensos mediocres, cobardes, miserables, yendo de algo toda la vida, siempre aparentando, encima menudencias estúpidas.
Estos 4 libros los compré el jueves, que cuadro magnífico, como el primer relato leído
Liebe Graf, jovial y talentoso; añadiría humorístico si no
debiera ese tratamiento en exclusiva a mi hermano, el profesor, pero cuente reconocida
mi alta estima en considerarle también acreedor de tal título, sin duda el
máximo y más celebrado en el trato con
los demás, del que su ya viejo amigo, digamos el interfecto, y afín en esa selecta burbuja de caballeros
expertos de larga data y prestigio, a modo de alta y restringida sociedad aristocrática, no solo no llega a estar
mansamente dotado y orondo, sino abusivamente ayuno y enflaquecido. El rigor y la
seriedad, divisas que presiden su proyección (de él), incluso post morten y acceso
a la leyenda que omitiré (no vaya a ser interceptada esta misiva) y que le ha conferido una personalidad enfebrecida,
que odia la banalidad y el sinsentido, lo mundano y divertido, la gratuidad de
lo más placentero. Pobre animal airado.
Me he vuelto africanista y a honra
Compruebo que en mi
anterior misiva no me entretuve en andanadas a locas en las que siempre su réplica fuera “agua” y nunca
“hundido”. En la ocasión ha sido el
segundo término el alcanzado. Y "hundido". El interfecto según su narrativa
resulta un ser de dotes poco comunes y apenas inmanentes a mortales; no es presencia
sino trasmundo, ni entidad fenomenológica
sino rastro de emanación. Acaso huella cósmica ¿Tan lejos pretende
llegar? Es evidente después de tanto prodigarse sobre él, con la sutileza de permitirse una
disección quirúrgica de fundamentación
netamente teológica, entre sustancia, emanación, aura y la lamentable y
corrupta materia, que usted redime
en corporeidad, término con el que trató
de rebajarle de toda dimensión metafísica, seguramente como ardid de desmarque
y disimulo, de una emotiva e irreprimible admiración correspondida por usted.
Aunque no le haya acompañado el éxito en la transfiguración.
Houellbecq siempre es Houellebecq.
Lo que sí merece reproche es que usted haga alusión a una ¡boutique!: pero usted ¿sabe lo que dice? Es
igual de sacrílego la ofensa al cáliz y el sagrario, que a dependencias con
funciones ungidas y vividas con pareja sacralidad. ¿Boutique? ¿Qué quiere decir? ¿a qué se refiere?: ¿al tráfico mercantil,
a la compraventa y el comercio, a la ganancia y el capital?
Es usted muy injusto con esa su amistad de años nutrida de cuitas, confidencias, complicidades e
intercambios. Al parecer no ha dado la debida importancia, para el caso que haya
reparado en ello, a que esas placenteras
sustracciones a obligaciones tediosas
e ingratas, por medio del afán cultural, siempre las propiciaba él, buscando su
información, su elevado entender y definitivo criterio.
Acaso ¿no es capaz de ver la frenética admiración y
seguimiento que suscita en él?
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
jueves, febrero 08, 2018
Ficha para mi asistencia al foro internacional y mi libro del disidente de la vanguardia canaria en Euskadi
Es evidente que los que me conocen me saben outsider, anti-institucional, periférico, con rastros contraculturales, huellas antisistema, propensiones negativistas y afecciones iconoclastas.
Siempre he admirado a los autodidactas, y muy poco o nada a los académicos. Los respeto por los conocimientos que almacenan en sus
tinajas de leche y miel. Un alimento pesado pero dulce.
Verme destinatario de una ficha como la de arriba para un
foro internacional en abril en Marruecos, me llena de complacencia, y más tener
que dejar vacía la casilla Universityaffiliation.
Soy autodidacta, no un académico reglado, minucioso, disciplinado en pautas y evidencias, las más de las veces, aburridos, rutinarios y poco creativos.
Soy autodidacta, no un académico reglado, minucioso, disciplinado en pautas y evidencias, las más de las veces, aburridos, rutinarios y poco creativos.
Justamente estos días había decidido proclamarme periodista. igual lo pongo y variamos un poco, y más lejos de a tiro de piedra me coloco de mi vida anterior, a la que sobreviví con heroísmo.
Ayer se me ocurrió buscarme en internet, para ver si encontraba algo de mí (es la única forma de saber) y me tropecé con un libro fundamental de la cultura y pensamiento canario. Este libro colmata la gran ausencia en la historiografía de las vanguardias canarias que es D. Francisco Aguilar y Paz. El disidente de la vanguardia canaria .Solo me felicitaron por escrito dos catedráticos de literatura canarios.
Lo curioso es que este libro ha sido omitido por las universidades canarias como el de La Ruinas del Sindicalismo, (qué casualidad,esos dos, qué izquierdismo canario), aparece en la gran red editorial y de librerias vasca. VEAN, DÉNLE
https://www.elkar.eus/es/liburu_fitxa/francisco-aguilar-y-paz-el-disidente-de-la-vanguardia-canaria/lizundia-zamalloa-jose-maria/9788494686160
Ayer se me ocurrió buscarme en internet, para ver si encontraba algo de mí (es la única forma de saber) y me tropecé con un libro fundamental de la cultura y pensamiento canario. Este libro colmata la gran ausencia en la historiografía de las vanguardias canarias que es D. Francisco Aguilar y Paz. El disidente de la vanguardia canaria .Solo me felicitaron por escrito dos catedráticos de literatura canarios.
Lo curioso es que este libro ha sido omitido por las universidades canarias como el de La Ruinas del Sindicalismo, (qué casualidad,esos dos, qué izquierdismo canario), aparece en la gran red editorial y de librerias vasca. VEAN, DÉNLE
https://www.elkar.eus/es/liburu_fitxa/francisco-aguilar-y-paz-el-disidente-de-la-vanguardia-canaria/lizundia-zamalloa-jose-maria/9788494686160
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
martes, febrero 06, 2018
El Día. El "género" ha eliminado el "sexo"
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, febrero 04, 2018
El culto a los muertos y oferta de religión
Aquí perdí la fe, en el colegio de los jesuitas de mi pueblo
El sábado y el domingo he estado en el tanatorio, dos
jornadas muy refrescantes. La finada era la madre de Rosita, la pobre mujer se
ha resistido durante 101 años a abandonar este valle de lágrimas. Habrá algo más siniestro que la eternidad,
para mí no. Para mí es mucho más tenebroso que, para la mayoría, la muerte. La
madre de Rosita iba muy encaminada a la
eternidad, lo mismo que le ocurre a la madre de Fer, ofuscada en pasar a la
segunda centuria de vida, tiene 100. Estar con Rosita sus hermanos y amigas
siempre es una alegría.
Ayer fue la misa, y hable con gente que quiero, la sobrina
Yasmina (de Tractoria) su madre, Sabela y por fin conocí a su hija que ha
vivido en Los Ángeles, tras estudiar en Londres: ¿Dónde vivías en LA? En Hollywood.
Sí ¿pero en qué Hollywood? En Hollywood,
en el centro. No iba a discutir con ella.
La misa es como una cosa de barrio obrero, chata, deslucida,
fría, antiestética, incompatible con el hálito más débil de espiritualidad,
todo es mediocre. Es como una cosa sindical.
Qué diferencia con mis misas en los jesuitas. Aquellas eran
de verdad, aunque en mi lograron que perdiera la fe, igual hasta en la misma
eucaristía. Perdí la fe, sí, pero a cambio descubrí la antropología y la
metafísica profunda. Al mundo no lo gobernaba nadie. No dije nada, me parecía tan obvio no creer que no era menester pregonarlo como hacen los tristes y severos progres, yo no le di ningún mérito. Mérito era creer. Los que tendría que dar explicación
eran los creyentes, a esos sí les escucharía, no a los progres que buscan
denodadamente la admiración de los demás. Son tan repujados en oro y plata sus blasones
de moral que lucen, que se muestran como ejemplo, la mejor encarnadura, la honestidad más profunda. Sin intuirse idiotas.
Quienes conocimos las misas de verdad, estos responsos de
ceremonial paleto sindical, a los que solo faltan las chanclas, la camiseta de
tirantes, los pantalones cortos o de chándal es como otra cota alcanzada por la
teología de la liberación, sin guitarras, ni ñoñería, ni afectación de mucho
sufrimiento y una solidaridad abstracta con los oprimidos que no les entran en el pecho. De tanto amor que embalsan.
Deberían abolirse las
misas y cerrar las iglesias, porque rezuman ordinariez, vacío, evidencian desnudez y ni una sola conexión trascendente. No vamos a hablar de la experiencia de los sagrado, porque
esas capillas las hacen imposibles.
Por supuesto, sigo perteneciendo a la Iglesia católica y
católico moriré, al margen de que no sea creyente. Pero me voy a permitir
recomendar dos cultos religiosos: si se quiere mantener una gran experiencia de trascendencia religiosa
que ordene la vida y que no decepcione: el islam; si lo que se quiere es algo
muy personal, racional, filosófico y metafísico: el protestantismo.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
jueves, febrero 01, 2018
Todo ocurre estando en casa sin salir
La exposición de Basquiat en la Barbican, que visitamos en Navidades en Londres
El otro día me llamó mi
amigo el Rapsoda (Rapsi), que a ver cómo estaba. Muy bien, cómo había de
estar, por… Porque había leído en el
blogged que no salía de casa. Sí pero es una suerte, no tengo a
donde ni a qué ir. No hay absolutamente
nada. Yo lo que quiero es viajar no
bajar a la ciudad, mi hermano se pasa
toda la mañana en el instituto, con alguno con el que me apetecería quedar no
sale o no sé de sus ocupaciones. Tampoco la ciudad es Londres o Sevilla. Sigo
sin verle la gracia. En realidad es mortalmente anodina y aburrida. Me dijo Fer
de ir a andar a las Teresitas. Tú estás loco, cómo voy a ir, no tengo tiempo
que perder. Tampoco hay actos o eventos
que me puedan interesar. Exactamente ninguno, desde hace ya muchos años. En
Londres mis hijos hicieron una reservación
desde EE.UU. para ver a Basquiat, pero era Basquiat en la Barbican.
No he tenido en mi vida tantos proyectos como ahora.
Verdaderamente estimulantes y variados. El foro internacional de Marruecos se
ha adelantado a comienzos de abril, van dos grandes amigos míos de Las Palmas a
Marruecos. Es muy posible que conozca El Aaiún, y merezco conocerlo.
Mi libro ya ha llegado maquetado para revisión. Siempre hace
ilusión, porque ya se ve. Además circula, y también va a ser traducido al árabe
y francés. Estoy en algo que me producirá una enorme satisfacción. Espero
entrar en otra gran institución. Si no
se me veta, uno nunca sabe dónde están apostados sus enemigos de clase. Yo no
sé nada de ellos, pero a mí me pueden leer.
Algo hemos hecho, me llega una propuesta desde Las Palmas.
No se puede decir que me haya pasado la vida de chirigota como en Cádiz, de
bares y divertimentos, que también y muchísimo. Siempre de servicio. Hace dos
lunes en Los Reunidos al final me pusieron la canción de reaggeton sin avisar e
inmediatamente vi a mis pies iniciarse en movimientos imprevistos que
contagiaron a las piernas, de donde pasaron
al resto del cuerpo. Bueno, a mi edad hago eso y más cosas, liberado por
completo de mi vida anterior, de aquella pesadilla infame.
Mi hermano también traspasó la frontera y cambió de país.
Sin concierto previo nos encontramos allende la frontera, en tierra de
promisión, en tiempos bíblicos, en tiempos primordiales. Él pasándolo en
grande. Hoy sin ir más lejos nueva fiesta de los profesores, me manda
documentos. Bueno, en realidad a todos, porque ahora va armado de guasap y
ametralla. Necesitaba un canal propio
para su humorismo y creatividad.
Hay que estar receptivo a las donaciones de la vida, y a sus
mutaciones, y agradecidos.
Hay otra ilusión, vivida como personal, es la casa que han
comprado mis hijos en Washington, recién mudados. Obras y pintores
salvadoreños. ¡Cuánto habría conversado con ellos, les hubiera invitado a unas
cervezas, muy gustoso, hermanos! La casa no está ubicada en ningún lugar dantesco. A 25 minutos caminando de la
Casa Blanca. Tiene dos pisos y un sótano que da al jardín donde hay un
apartamento con todo, por si te hostilizas con el resto. No sé si ahora puedo
decir que tengo casa en Washington o casas. Me gusta un poquito más que esta
ciudad de donde escribo, y su calle, su ambiente también otro poquito más. Es
más distinguida.
Todo lo que me está pasando ocurre sin salir de casa, Rapsi.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
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