Mi hermano y yo haciendo cumbres

Las citas se agolpan como los contactos, porque la vida, por lo menos la mía, tiene cierta intensidad. Ahora pienso que soy perseverante en los rumbos.   Hablemos de otras facetas amables. El jueves 23 tenemos la presentación de mi libro (autobiográfico básicamente, al decir de su presentador, que ayer se personó en  Los Reunidos) Por el sindicalismo, abogado, de  Euskadi a Canarias.

Hoy me ha comunicado mi hermano que se ha puesto en contacto con él ¡por fin! el Instituto de Estudios Canarias para recordarle que mañana es su conferencia  sobre Wagner, a lo que ha respondido que era la primera noticia que tenía. Han quedado que será el día 26 de noviembre de 2014. Anotarla, porque sin duda merecerá la pena. No es Wagner solo, sino el XIX alemán y el nazismo. Máxima erudición en ese homenaje  al idioma español,  que hace cotidianamente mi hermano en su habla ordinaria, y que en ocasiones como esa destella como oro del Perú.

Nos hemos puesto jocosos en Términi por los escenarios  de nuestras  comparecencias. El día 13 de noviembre, este su seguro servidor  presenta en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas su libro El Ensayo en la Literatura Canaria, en pleno barrio de Vegueta. De un lugar tan distinguido, sin dejar morir el mes, intervendremos, pues yo le voy a presentar, en la noble  Casa  de Ossuna,  sede del Instituto de Estudios de Canarias, donde dictará su conferencia. (A recordar:  apasquinar el Conservatorio, facultad historia… y lugares similares).

Me he sentido obligado a decirle: te das cuenta, vamos de cumbre en cumbre sin hacer un solo valle.  La relación es casi escalofriante, solo visitamos las casas más nobles y blasonadas: reales sociedades económicas de amigos del país, reales clubes  náuticos, aristocráticos  casinos,  republicanas  facultades de filosofía, clubs La Provincia, El Sitio de Bilbao, el Instituto  de Estudios Canarios.

Al parecer tenemos cosas que decir, y las elites o fuerzas de la (alta) cultura que decían los comunistas en la Transición, no solo no nos tiran ni tomates ni huevos, sino que tampoco les repugna acogernos. Saben de nuestra solvencia o, en todo  caso, apariencia.

Y pensar que hace solo cuatro años teníamos que actuar en discotecas y  librerías-cafeterías como si fuéramos argentinos.

Nos hemos dado 15 días –si  las citas lo permiten-  o así para entregar nuestras conferencias en el Sitio de Bilbao para  su publicación. Mi hermano está ilusionado por perder su condición de escritor ágrafo. El próximo año conferenciará en El Sitio Jesús Manuel Pérez Triana.