Pronto sacamos las primeras conclusiones de Andalusien, la
oktoberfest que estamos preparando con tanto mimo para el miércoles nos obliga
a rastreos fuera de las rutas tradicionales.
1.
No logramos captar signos de la crisis, al punto
que ayer cuando E llega de Colombia en el AVE (30 horas desde que se puso el
traje. Pareces un alto ejecutivo del
Banco mundial. Sí, sí con 5 maletas y la camisa arrugada-ese punto de
atildamiento me encanta) le dice su madre: aquí no hay crisis.2. En un barrio obrero con industrias incrustadas todo está perfecto, ordenado, limpio. Aquí no existe la lepra de la autoconstrucción. El caos urbanístico, las paredes sin vestir o enlucir, la cultura del bloque, el chabolismo vertical a base de añadidos, al ausencia de normativa en años, esas afueras de El Cairo -Tánger nos da sopas con honda- o de Aman, una plaga que cubre como la mala hierba todo el paisaje canario a base de mamotretos familiares, que como no se pueden dinamitar se pintan donde más concentrada es la agresión de mil colores para ver si no parecen de verdad.
La dignidad, calidad y delimitación de los centros turísticos, es la réplica a tanto desdoro, falta de autoestima y vergüenza. Hay una antropología de lo popular, que es capaz de ver mérito en todo lo propio, que extenderían a sus funciones fisiológicas –esa es su inteligencia-, y unos mediocres de arrabal, que jalean esa subcultura, dada su preparación, cosmopolitismo, conocimiento del arte y gusto.
3. La actividad es alta en las calles de Malacitania y Fuengirola. La calidad y el servicio son óptimos, muchos camareros y muy buen servicio. Hay demanda y una oferta consecuente.
4. Trabajan muchos extranjeros en todos los sitios, signo de economías boyantes, abiertas, conectadas.
5. Hay muchos empresarios que trabajan los domingos, uno dice que el domingo es el día que puede estar en la oficina, otra que vayamos el domingo a elegir. Aquí se ve que la economía es ya mundial, que las pautas son globales, que se quiere progresar, que la sociedad siempre se está inventado, que existe la historia, que los convenios de hace 40 años para una siderurgia subvencionada es el mundo extinto, agotado.
Es fascinante poder observar en la Costa del Sol el mundo que está naciendo y el mundo que extinto, da los últimos coletazos. No estamos en el mundo administrativo de la política sino en el de las acciones de los hombres en las sociedades, que va por delante de la política.
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