Recién abro las ediciones digitales veo movida pre-insurreccional (ojalá) en Irán o más propiamente Tirán.
Para mí sorpresa, todo un señor cónsul español detenido durante 4 horas en la ciudad de Dios: Teherán.
Eran todas ideas muy idiotas y presunciones vanas y radicalmente estultas, de hacer enrojecer, dignas de quienes viven fuera de la realidad del mundo, de cualquier mundo, a salvo con los sueldos oficiales, ganados en casas del pueblo y federaciones, de por vida, y de otros que les hicieron de comparsas.
Los burócratas expertos en órdenes del día y reglamentos querían fundar mundos, se veían con esa capacidad, con ellos se producirían los grandes momentos liminales, primigenios, fundacionales. Los que pueden concebir gentes sin lecturas ni otra preparación o vocación que la administrativa menos competitiva y más rentable, sin tampoco seriedad reflexiva alguna o curiosidad. Al lado de una pleyade de ambiciosos de muy escaso brillo, pero proclives a los fuegos de artificio.
Una tras otra su pulsión heurística iba desbrozado nuevos horizontes, como si se tratara del mayor brote verde de milenarismo entreverado de adanismo por fin actualizado. Pero de eso, evidentemente, no eran conscientes.
Han sido muchas, en estos años de imbecilidad arrogante y extrema. ETA paz, la nación de naciones, Obama y la constelación planetaria… o la Alianza de civilizaciones, del que fue patrocinador mundial este vendedor de feria ahora semioculto, el líder absconditus que era el Zapatero de los zapatitos de charol blanco. Cuánto prestigio el del gran auspiciador de la alianza, el eminente adalid de lo international cool, guay, no ya en cuanto a su capacidad visionaria, como estamos viendo, sino en tanto a su prestigio y autoridad moral. Le detienen hasta a sus diplomáticos como vulgares rufianes, en tierras de "misión" además.
No hay comentarios:
Publicar un comentario