Madina, el representante del pueblo y financiado por el pueblo, descolló pronto: era capaz de interpretar a la perfección los cambios de rumbo de la política de Zapatero y su equipo. Para ejemplo de todos, abanderaba la reconciliación con sus verdugos. Todas las miserias humanas y el dolor profundo, Madina podía superarlas. No era un vendedor de oro encartelado en la Puerta del Sol, era un vendedor de moral y buenos sentimientos, de superación y a la vez de tactismo político. Fundía política de partido (de reunión de comité) y ejemplo. El segundo de las juventudes vacías se vio catapultado a Bruselas de asesor de asesores y técnicos. Allí ensanchó currículo. Las palabras nerviosas y a borbotones confiadas en el guión previo y la instructa, la escasa sintaxis en sus ideas, su emotividad impostada, la argumentación penosa, la afectación de moral política muy superior y sus palabras con entonación a inscripción en mármol, incluso su lacrimosidad tan humilde y visible se mantuvieron. No era un caso raro, era la nueva raza de Pajin, Chacón, Aído, Trinidad Jimenez, José Blanco... del nuevo senado socialista con Zapatero de comandante en jefe. No eran Solana, Eguiagray, Almunia, Aranzadi, Solchaga, Leguina...no eran asimilables, eran la nueva raza.
Tanto perdón, ejemplo, olvido, tanta representación de conductas morales elevadas, no sirvieron para desvirtuar su naturaleza humana con esas características no deseables como son el resentimiento y la agresividad, ni tampoco la sublimación. El natural odio (no político por supuesto) lo desplazó contra el entonces ministro Acebes, en una joya de la literatura política más babosa. Que aunque intentó borrar aún circula por ahí. También es un gran aldabonazo de la manipulación sentimental que esa generación socialdemócrata ha ejecutado con inmenso narcisismo como baza política
Hoy El País nos deleita con que Madina el político no se considera víctima, y con eso nos puede, por ser así de nítida su humildad, su mensaje en positivo, la sinceridad de unos sentimientos coherentes y profundos, claros y auténticos que no conocen de ruindades y debilidades, pero sí de sintesis con la conveniencia política del día a día del partido, de competencioas internas, méritos y mejores posiciones. Madina por eso tiene esa emoción contenida que nos arrebata por su verdad y tal vez por el mucho esfuerzo que ha de hacer para mostrarla. Los móviles tácticos y los méritos ante le sanedrín político han colonizado todo su mundo personal. Así que ahora posa como Robert Mitchum y Marlon Brando. Vive en la imagen, la imagen ético política labrada como el estereotipo más mediático y la imagen de nueva estrella, que es como le trata Zapatero, siempre tras los más aptos y con verdadera personalidad.
Madina es humilde, coherente, desinteresado y capaz de ofrecernos todo su ejemplo moral, su coraje y pedagogía, capaz de expurgar de su corazón cualquier sentimiento no rentable ni encauzado políticamente al sondeo y al voto. El no conoce de sentimientos y emociones turbias y él es solo un ciudadano. Cuánta sinceridad. Un ciudadano que está haciendo toda su carrera política a costa de lo que él dice negar: su condición de víctima. ¿Es que alguien puede imaginar a Madina sin esa condición?
Están persuadidos de que somos idiotas.
6 comentarios:
¿Orbita superior titulas? Yo creo que estos encantadores de serpientes quieren cambiar no sólo la memoria histórica, sino a las víctimas del terrorismo, a los propios terrorisas, y hasta la bandera quitándole el amarillo por decreto. Tienen mucho morro y demasiados votantes. Salu2.
el unico politico que vale en españa.
Ahí tienes en el otro lado a Irene Villa...
Vea, verás, tu apellido es performativo por cuanto va ímplicito la acción: Vea, que veas, aunque no acostumbras a ver mucho cuando de comparativas se trata. Te acuerdas de aquella comparativa ominosa, ésta es menor pero igual de extraviada.
Vea, verás, tu apellido es performativo por cuanto va ímplicito la acción: Vea, que veas, aunque no acostumbras a ver mucho cuando de comparativas se trata. Te acuerdas de aquella comparativa ominosa, ésta es menor pero igual de extraviada.
una democracia no-participativa se basa por definición en una colección de idiotas qe votan para qe se les administre y pagan para qe se les gobierne.
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