A Rafael Sánchez Mazas, como teórico o ideólogo, no le veo el más mínimo interés, que sí lo tiene en cuanto personaje muy singular, y uno, como bilbaíno, porque fue testigo privilegiado de la muy bullente y plural Villa de los años 20 del siglo pasado, que ya en absoluto lo es. convertida en una orden monacal de compacto nacionalismo y sanchismo abertzalismo. Tan unánime y coral, endogámica y monista, lo que en absoluto lo fue hace un siglo.
Animó la mítica Escuela Romana del Pirineo, cuando llamaban Atenas a Bilbao, participó en la tertulia del Café Lion d´or,, con la gigantesca pléyade de intelectuales bilbaínos de mucho rango, y en la revista Hermes
a Alejando Baer y a ilustres judíos o simpatizante, les llevamos, el escritor José Carlos Cataño (DEP) y un servidor, al Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, a una intensa jornada bautizada con "Judaísmo y literatura"
Al que primero que conocí del panteón central del periodismo literario fue al gran Chaves Nogales, y aquí tenía ya (las Arenas Getxo) a Julio Camba y ahora comparece César González Ruano, a quién saca profusamente Juan Manuel de Prada en su gigantesco
Mil ojos esconde la noche.



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