martes, mayo 06, 2025

El Día: Mi Primero de mayo de 1974 (y fácil lectura)

Este último Primero de mayo se cumplieron 51 años de mi paso por la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. El año anterior, que hubiera sido “cincuentenario”, se me pasó. Me detuvieron el día anterior, el 30 de abril, a la mañana al salir de casa. De madrugada me interrogaron, y vi que tenían cuadernos míos -luego habían registrado la casa-, con los que yo me afanaba en estudiar el marxismo, y todo su teología abstrusa y tan homicida.

Hace tres años volví a la Jefatura de Policía para renovar mi DNI, que llevaba décadas haciéndolo en Tenerife. El edificio es el mismo, por dentro distinto, rezumaban eficiencia los funcionarios. Ni insultaban ni daban empellones antes de bajarte a los calabozos, que ahora estarán llenos de los reos preventivos de violencia machista. Todo un techo doctrinal en el derecho penal como constitucional comparados, de la escuela del derecho: “Yo sí que te creo, hermana”. 

La lucha por la libertad, así llamada, frente a regímenes autoritarios (último franquismo) y totalitarios (primer franquismo) juega con flagrantes paradojas. Los Guardias de la Revolución  de Jomeini fueron más activos contra el Sha de Persia, que los comunistas, y eso que ambos pretendían dos modelos de democracia algo distintos. La nómina de luchadores  por la libertad (antifascistas), que realmente no la querían y cuando pudieron jamás la implantaron, es interminable. Todas las guerrillas, sin excepción, por ejemplo. Dos intelectuales  de izquierda como Javier Pradera y Jorge Semprún ya certificaron que de lucha por la libertad al comienzo, nada, sí lucha por democracias populares, y eso lo sabemos quiénes estuvimos. Hubo muchos que evolucionaron (las lecturas ayudaron). No motiva nada luchar con mucho encono para que gente detestable capitalista pueda votar como tú  y quedar todos en un plano de igualdad ¡pues vaya gracia! Siendo la experiencia histórica tan categórica, que ni siquiera rige Heisenberg y su principio de incertidumbre: todo más que cantando. Sí parece haber prosperado ciertas ecuaciones  empíricas gravadas por el principio de necesidad: miseria ineludible, fracaso social, creciente opresión  y corrupción absoluta.

En cambio, a sus agentes enrabietados antifascistas se les sigue atribuyendo (ellos mismos, fundamentalmente) un papel de suma excelencia.

El antifranquismo era muy cutre, una cutredad que no se ha estudiado, hasta donde sé. Aunque sea muy fácil  de entenderlo: un ámbito cerrado, dogmático, maniqueo, religioso, riguroso y gris, heroico, épico, sacrificado, entregado, severo, altruista, acreedor vitalicio, totalitario, victimista y llorón, falto absoluto de autenticidad. 

La simetría perfecta del franquismo, dos polos de cutredad, y entre ambos una sociedad civil laica, divertida, sorprendente, colorista, frívola, epicúrea, desprejuiciada...aunque franquista. Pudo haber sido  mucho peor (pesadilla): de prever  el sanchismo...  y Zapatero.

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