Micciones propia de mi edad intempestiva, han hecho someterme en el ambulatorio, no hospital, a determinada pruebas concernientes, Todo muy bien, todo el amasijo abdominal. Me han hecho una ecografía y en el accionar la médico subalterna (precavido, sea calvinista/puritana médica)
-¿Bebes?
-claro
-¿desde cuando?
- De toda mi vida
-¿desde que tienes uso de razón?
-no, pero poco después. Es que soy de Bilbao y allí gusta, sino no eres nadie-
abajo, mi primera probanza en Washington de una vaquera
Dependo del móvil celular y de sus reels, que no me dejan ni leer. Sigo con mucho gusto todo el revisionismo mexicano sobre la conquista/descubrimiento por la monarquía hispana de preMéxico. Como ocurre con todas las verdades oficiales, se apuran en mito y son de elaboraciones toscas muy cercanas, pontificadas. Los mitos fundacionales se abren ya a ser contrastadas con la historiografía nativa de Mesoamérica, no tenida en cuenta. Y sobre la imposibilidad de que 500 extremeños se hicieran con el poder mexica/azteca, con Tenochtitlan, sino que otro centenar de miles de indígenas son los que realmente acabaron con los mexicas del corto y reciente -200 años- del imperio de lo aztecas, muy enemistados y opresores del resto de pueblos.
Se trató de una guerra civil en la que Hernán Cortés, un fugitivo del Imperio español y la nativa Malentzin supieron, gracias a ella, colocarse en el punto nodal, con el peso militar de decenas de miles de txacaltecas, toltecas y muchos más, con unos centenares de castellanos renacentistas. América había permanecido totalmente aislada del mundo, y los españoles impresionaron, pese a la insignificancia de su número-



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