Tertulia, fundamentalmente del pensamiento, en el Oliver (Sta. Cuz Tenerife)

La tertulia Mácaros, su nombre proviene de otra en la que participó el padre de Luis T, doctor que fue del Monte Sinaí  de Nueva York . Llevamos muchos años reuniéndonos, y cuando parece que ya ha fenecido renace con fuerzas renovadas.

Victory

Luis es de filosofía pura, le tuvo de profesor a Savater, siendo un nombre de letras, del pensamiento es un millonario, como es de siempre lo toma con absoluta normalidad. y como sabía los complementos de alta calidad que lleva, le pedía que me enseñara su mariconera. Estaba llena de tesoros y marcas rutilantes. Ayer me enseñó el cuello de su camisa hecha a medida para que viera su sastre, que es de Bangok

Hubo algunos nuevos. Se me atribuía que muchos no repetían por encontronazos conmigo, que venía a ser bastante común: woke y progres de toda laya infiltrados, Me suelo emplear en esos casos con el fragor  propio de las contiendas de infanterías hambrientas de viandas y sangre. Un verdadero placer encontrarme con los constitutivos , las cuadernas de la nave macaronésica                                                                                                                                                                                                                                       

Son ya las 2:30, la chica de la garita del club nos dispara , falta Luis DL

Mi hermano como en principio se dijo que habíamos de comer en el comedor noble, nos exigen llevar chaqueta, al final vamos al grande y muchos siguen con sus chaquetas, mi hermano que es mi asistente, se ocupa y preocupa (como Heidegger) de todo lo que me pueda afectar   

Fernando el otro buen samaritano. No hay ninguna mujer, lo que siempre hace mella en él

                                        

Todos , que parecen del equipo de natación, se piden tres platos con buen pinta y los degluten. Tampoco aparentan  ser deportistas de competición. Pero de buen comer juvenil. Yo que nunca ceno fuera y en casa solo un sandwich

Ayer improvise la cena más elegante de toda mi vida, Una tortilla francesa  (nunca como) y un gintonic.

alrededor, ni una sola copa pero bosques de botellas de agua. Se había improvisado un acto de gran recogimiento monacal.