El eventual viajero del Blackhawk, sólo dijo: No quiero saber nada de Europa, yo soy español y norteamericano (que ocurre que lo es), pero para nada europeo (aunque vista estilo europeo, que es apreciado en el Departamento de Estado). Uno también propende al antieuropeísmo, permutado por la Hispanidad, el gran descubrimiento intelectual, tan tardío.
Cerca de la calle 16 tenemos Mount Pleasent, un barrio populoso infestado de locales, tiendas y mercadillos, y solo cruzando la 16, Columbia Heigts. El sábado pasado, de brunch, dos artesanales, en un filipino.Regresé esta vez de Washington con el sentimiento de que había dejado de ser ya un lugar turístico, sino directamente del Dasein heideggeriano.
Llego y recibo las galeradas de mi último libro: Euskera: de la función comunicativa a la totémica; emigración y desierto demográfico.
Un desconcierto, cómo puedo...



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