jueves, abril 06, 2017

La vida como acontecer...viajando

La oficina de Washington
No iba  hablar de ellos, pero no se me ocurre qué otra cosa mejor  se puede contar. Mi hijo el viernes creo vuelve a Indonesia –que llamará-, luego va a Ucrania y tiene una boda en Europa, estaba molesto porque va a hacer un doble cruce del Atlántico, que se lo podía haber evitado. Al parecer está muy liado con los aviones y  los continentes que afortunadamente son menos que los aviones. Menos mal que nuestro trip por el Oeste americano les pilla en el mismo continente,  donde permanecerán los dos fines  de semana.
Con todo si comparamos su vida –nosotros (o sea todos) prudentemente nos quitamos del escenario, por nuestra penuria autobiográfica- con la de mi hija, las cosas cambian radicalmente. Desde Camboya me dijo mi hijo que ella había quedado en Addis Abeba con una amiga de Egipto para verse-
-Pues que se ande con cuidado-
- Eso es benigno en comparación con Sudán del Sur, Yuba es muy peligroso  y allí es donde va- me responde mi hijo-
-Que le pase como en el Yemen y pierda el avión-
Vengo de mi viaje longitudinalmente peninsular. No lo puedo remediar, es mi camino de Santiago –que no lo hago por tramos, sino siempre entero- y muy ameno cuando estás en Al Ándalus. Compré libros sobre la materia en Córdoba: dos y solo uno ya lo tenía. Ah, en realidad resulta que sin proponérmelo sí he hecho unos 50 metros del camino de Santiago. En Córdoba anduve ese trayecto por el “Camino mozárabe de Santiago” así se rotula una calle. Me emocioné  porque siempre sale a mi boca el término mozarabí, para referirme a cualquier árabe o correlación.
Tanto en Bilbao como en Cádiz me paran los de ACNUR (para los refugiados). Les cuento sin asomo de orgullo que mi hija ahora mismo está en Sudán del sur, y quedan como muy amateurs. En cuanto adivinan la intención de explayarme, se alejan.
Al regresar me entero que mi hija iba  camino del aeropuerto para salir de Yuba (Sudán del sur) y  regresar a EE.UU. y todos respirar tranquilos, cuando sacando unas fotos la policía le  detiene y le piden la mordida, y vuelve a perder el avión como en Yemen.
Menos mal que la vieron personal de Naciones Unidas y la sacaron. Ella tiene muchísimos motivos de culto, uno de ellos es lo valiente y decidida que es. Tiene cada historia… y resulta que es  una top model, y no la vasca de corte de hacha  de pelo y maneras y vocaciones de levantadoras de piedras, tutoras de hombres hijos.
Me comentó Fer: tu hija por su trabajo siempre se va a mover por esos países. Pues yo en el interrail. Más los 5.300 km por carretera que nos esperan.


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