miércoles, febrero 15, 2017

5.000 kilómetros nos esperan


SFMOMA
El lunes en los Reunidos nos trajo Fer muy  avanzada la programación del viaje. Había fijado los días y lugares donde dormiremos, la mitad debemos improvisar a expensas del cansancio, necesidad de “repostar” y curiosear. Determinada definitivamente pues la ruta con un Dodge tamaño norteamericano. Los Ángeles,  San Diego y en paralelo y pegados al muro, tras dejar atrás California entraremos en Arizona, hasta Yuma, motel por los alrededores, de allí a Tucson 4 días cerca de la Universidad de Arizona y del tranvía. Según Espy hay un bar de viejos beodos muy animados y farwestianos, que  nos harán  sitio. Bajaremos a los mexican de Heroica Nogales.  Me sobreexcita extraordinariamente poder escuchar y hablar con mexicans. Mi hijo estando una vez con S en un bar  en DF y hablando con un barman mexican, se acordó de mí y le dijo a ella que  yo jamás me hubiera marchado de aquel bar por no abandonar la conversa con sus modismos y entonación. Es el español que adoro. Subida para las Vegas (Nevada, tercer Estado), habrá que parar por Phoenix y de allí a esa ciudad electrificada e insomne que emerge en medio del desierto como un submarino termo nuclear y navideño. Solo una noche, que es más que suficiente, en el hotel te dan dinero para el casino. De las Vegas, 1.300 km para llegar a San Francisco. Haremos escala en el parque Yosemite o en las estribaciones de Sierra Nevada. Me acaba de llamar Fer, ha encontrado un hotel en San Francisco, en la misma península, pegado al Museo de Arte Moderno (en la foto) y espero que cerca de Haight Ashbury, el enclave mítico of my generation. El lunes nos dijo de quedarnos en Berkeley, donde la mítica universidad, y donde estalló inflamable la contracultura americana.
Mi pasado ha quedado reverdecido gracias al viaje. Una vez haciendo autostop en Alemania con uno de Los Ángeles, gracias al cual fuimos un trecho en un camión del ejército norteamericano, le hablé con tanto entusiasmo de San Francisco, que me preguntó si lo conocía. Tuve tres influencias esenciales o líneas de interés en mi juventud. A saber: el marxismo, el nacionalismo revolucionario y la contracultura americana. Supuso mucho, porque carecía de todo proyecto personal.
De San Francisco por la costa del Pacífico a Los Ángeles otra vez; deberíamos ir oyendo a los Beach boys y coger unas olas surfing in USA.     Los niños vendrán a Tucson o a L.A.

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