martes, enero 03, 2017

Bodas sin hermano

Sabía que tenía que haber una nochevieja y año nuevo, muy distintos a los nuestros. Aparenciales, impostados, verdaderos simulacros hacia  glorias y estatus alcanzados. Un mundo de ensoñaciones,  artificios,  oropeles,  maquillajes, la dignidad del traje para moverte por casa o la pajarita para verla en el espejo del armario.
Fue muy divertido ayer investigar un poco, uno sabe ya algo de infiltraciones. Gritos de alegría ante cada descubrimiento. ¿Es el casino? Sí si es el casino. ¿Es la espada de Damocles o la del General San Martín? Será de la Ni fu ni fa. Un pequeño rascacielos de Queens de nata. Pero ni una sola librea ni reverencia.
Hay una foto muy interclasista de ellas, que se suponen iban calzadas, porque los trajes negros, gris perla tan largos y de etiqueta diplomática, impedían verlos, aunque tampoco se veían los pajes, por lo que serían  zapatos.
En Los Reunidos mi hermano contaba cosas de  su vida con muchísima chispa a una de las dos contadoras más divertidas de historias que conozco, que es mi hermana (ahora que no me lee, ayer también estuve yo sembrado con Jose Sicilia y creía plagiarla), y a Arantza, que le escuchaban con total arrobo. Una reunión de ingenio, humor y talento. Muy divertida.
Mi hermano tiene otros auditorios, en los que los trajes para comer no sirven de nada sino de burla, ya los tuvo en nochevieja, se le respeta, escucha, tiene prestigio, puede tener amistad con un Decano, catedráticos, gente muy valiosa, otros nunca han llegado, y siempre con mucho trabajo, más que a posibles secretarios de edecanes y buenas posiciones conocidas, de los que obtener como siempre algo. Aunque por suerte yo a ese mundo no pertenezco, nos conocemos todos y la gente atina.
Mi hermano no fue a ese acto proyectivo, social, pomposo;   no fue invitado, que para los librados de algo tan comédie, es de una humillación intolerable.
Pudo ocurrir que a esas horas de etiqueta (¡la hostia: Fellini!) mi hermano pasara por allí, la plaza de la Candelaria y se hubiera tropezado con toda la comitiva. Eso me lo ha contado él muy apesadumbrado.  Gente cercana  ha quedado espeluznada. ¿Por qué ese desprecio si las élites y la gente más inteligente, preparada y vivida  le respeta tanto? Si pertenecen a mundos que no son  mínimamente  comparables. De qué las pajaritas… Se le ha hecho daño y se le ha humillado de manera asquerosa.  Una invitación jodida pues llevaba aparejada la humillación -que somos mayorcitos, hombre-- , por tanto una invitación muy especial (como para sopesarla), no se puede acotar al acto de aceptar o no, a esa pureza abstracta. Por una razón muy sencilla: no habría ni desprecio ni humillación sin la intervención del coro. Ellos determinan la exclusión, el demérito, la indignidad. Si esto no se entiende…
La furia endemoniada  que está desplegando LGC no sé si se le va a volver en contra,  se está llevando  a unos cuantos por medio,  alguien tan patoso, inadecuado, desatinado. Ya ha causado dos bajas con sus ramificaciones. Resulta ya imposible que a mi hermano se le vuelva a ver por Termini alguna vez. Tanto desprecio y humillación, ofrecen esa única salida. Evidentemente no tienes opción, le he dicho. Lo ha reconocido  y ha citado a su padre y a Sartre. Nunca le he visto tan jodido. Es curioso como LGC forzado por su encono y resentimiento, por no referirnos a su gran capital: la envidia, se obliga a grandes penetraciones que no va a poder desandar. Está implicando a gente, que debió mantenerla fuera. No se puede colaborar ni en desprecios ni humillaciones, ni hacer daño a la gente: hay límites. Los cobardes con mayúsculas jamás dan la cara ni actúan por sí solos. Este es otro antes y después. Sí.
Le ha dolido mucho su encuentro de ayer con él y el cinismo y falsedad (le ha jodido lo que más) con que actuó, muy conocidos, por disimulados que estén con risotadas.
Obligar a incurrir y prestarse a secretitos y esquinazos,  simplemente... en fin. ¡Vaya ambiente!


1 comentario:

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Mi hermano tiene razón, el acto de cinismo y suprema falsedad ( de lo que él cuando es sorprendido se escuda unas cuantas risotadas-pensamiento, esa esencia de cinismo) se produjo antes de que mi hermano supiera del desprecio y la discriminación, porque creo no va a volver a ocurrir.